ORáN (ARGENTINA)
France 24 [Paris, France]
March 8, 2022
By Claudia Álvarez Ferreyra
El obispo emérito Gustavo Zanchetta fue condenado a 4 años y 6 meses de prisión efectiva por abuso sexual a dos exseminaristas en Orán, departamento ubicado en el interior de la provincia de Salta, en el norte de Argentina.
Las víctimas, identificadas por sus iniciales, M.C. y G.G., vieron afectada su libertad de decisión sexual por los actos desarrollados por Zanchetta, afirmó el fiscal Pablo Rivero. Al alegar citó los informes psicológicos y psiquiátricos del exobispo, que lo presentan como una persona con rasgos psicopáticos y con una grave falla del control de los impulsos; manipuladora de la situación de acuerdo a su conveniencia, que percibe a los demás como objetos para conseguir sus objetivos y que observa la realidad de acuerdo a su propia conveniencia.
El defensor oficial, Enzo Gianotti, sostuvo que estas denuncias eran parte de un “complot” contra el obispo y luego de la sentencia informó que la apelaría. Este abogado público fue cuestionado en el juicio porque fue reconocido allí por los exseminaristas y denunciantes, como un profesional que había sido llevado por el obispo Luis Scozzina para asesorarlos respecto a las denuncias y les dijo que “no había configuración de delito”, ellos desconocían que luego pasó a representar a Zanchetta en el proceso penal.
Para Rivero “en todas las causas en que se investiga un abuso en la Iglesia, las defensas siempre dicen que responden a un complot de otros sacerdotes”. “No podemos determinar la extensión del daño que sufrieron las víctimas, pero sí tenemos la obligación de darles una respuesta desde la Justicia y darle una respuesta a la sociedad de Orán y de todo el país”, sostuvo el fiscal.
“Se pudo establecer la veracidad, verosimilitud y credibilidad de las víctimas”
En sus alegatos, la fiscal María Soledad Filtrin Cuezzo, que trabajó en conjunto con Rivero, señaló que “se pudo establecer la veracidad, verosimilitud y credibilidad de las víctimas”, quienes presentaron en sus denuncias y durante el juicio “lógica interna, contextualización de los hechos, precisión de detalles y vivencias desde lo anatómico, acompañados de aspectos concomitantes”.
Según lo denunciado por G.G., quien realizó la etapa de discernimiento desde 2015 e ingresó al seminario el 25 de febrero de 2017, Zanchetta lo besaba en el cuello y refirió un hecho en el que lo abrazó con uno de sus brazos por detrás y con la mano del otro brazo le introdujo un dedo en la boca. El denunciante dijo que quedó inmóvil, consternado, sin poder reaccionar y se fue al dormitorio. Luego, al día siguiente, contó que cuando estaba durmiendo se despertó y el obispo se encontraba acariciando la cara interna de su muslo.
El otro denunciante, M. C., quien ingresó el 25 de febrero de 2013 al seminario, también refirió que el obispo lo abrazaba por atrás y le apoyaba los genitales en los glúteos. La fiscal Filtrin Cuezzo dijo en los alegatos que esos hechos fueron “indefinidos en el tiempo” y se cometieron en el seminario
Juan XXIII, en la parroquia San Antonio y en la casa del obispo en Orán. A este joven también el obispo lo besaba en el cuello y le realizaba constantes pedidos de masajes que lo incomodaban. La peculiaridad de los hechos de abuso de Zanchetta, según destacó la unidad fiscal en el juicio, es que tenían lugar en el ámbito público, no solo en el privado, que es lo común en estos delitos.
Durante el juicio, brindaron testimonio exseminaristas. Algunos dieron cuenta de haber padecido los mismos delitos de abuso sexual que consistían en apoyaduras de genitales mediante abrazos prolongados desde atrás, tocamientos, pedidos de masajes, introducción de dedos en la boca y besos en el cuello.
Dijeron además que el obispo ingresaba a los dormitorios de noche, que los alumbraba con una linterna, y que en las conversaciones que tenían con él les hacía preguntas sobre su intimidad sexual. Varios testigos contaron que el religioso organizaba reuniones con los seminaristas por los que tenía preferencia, en las que siempre había consumo de bebidas alcohólicas. También dieron cuenta de que el obispo ejercía discriminación, autoritarismo y abuso de poder.
“Que alguien nos crea es un gran paso”
Uno de los testigos fue el exseminarista Marcio Torina, quien dijo a France 24 que está conforme con la sentencia, aunque cree que el monto de la pena podría haber sido mayor. Consideró que el hecho de que el obispo haya sido condenado reivindica a los denunciantes y a quienes los apoyaron, “que alguien nos crea es un gran paso”.
Contó que habían sido “juzgados, apuntados, y perseguidos” dentro de la propia Diócesis de Orán, “todos terminamos siendo víctimas”. Dijo que la diócesis se dividió a partir de las denuncias en principio canónicas, y luego penales, al obispo.
Torina señaló que en 2019 fue llamado a declarar en el marco del proceso canónico para investigar a Zanchetta, que lleva adelante, por orden del Vaticano, el obispo de Tucumán, Carlos Sánchez: “Ha recibido nuestro testimonio, de por lo menos 15 exseminaristas y de curas también”. Dijo que hasta la fecha no lo notificaron para informarle ninguna novedad en torno a ese proceso canónico. Torina explicó además que las primeras denuncias contra Zanchetta fueron llevadas a Roma en 2015 y 2017.
En 2017 Zanchetta fue trasladado de Orán a Corrientes, provincia ubicada en el noreste de Argentina, y renunció al obispado en julio de ese año, alegando “un problema de salud” por el que se veía impedido de seguir ejerciendo el gobierno pastoral. Su renuncia fue aceptada por el papa Francisco. Tres meses después, Zanchetta fue designado asesor de la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) del Vaticano.
“Zanchetta decía insistentemente ‘soy amigo de Francisco’”
En febrero de 2019 el director interino de la Sala de Prensa del Vaticano, Alessandro Gisotti, explicó que “las acusaciones contra Zanchetta surgieron (…) casi un año después de que el Papa lo nombró para un puesto en el Vaticano”, e informó que el obispo se abstendría de realizar ese asesoramiento “mientras dure la investigación preliminar”.
El exseminarista Torina recordó que el Papa dijo en una entrevista que como Zanchetta era obispo, por derecho eclesiástico tendría que ser juzgado por él, pero que desistió de hacerlo por tratarse de un argentino y prefirió conformar un tribunal para que dé la sentencia y luego él promulgarla. Torina recordó que Zanchetta trabajaba en la Conferencia Episcopal Argentina cuando Jorge Bergoglio (hoy el papa Francisco) era arzobispo. “Cuando asumió el Papa, el primer obispo al que designa es a Zanchetta (…) Estábamos sin obispo en Orán, en un viaje en julio de 2013 lo designa”, dijo. “La imagen queda en nosotros calada. Zanchetta decía insistentemente ‘soy amigo de Francisco’. Cuando le sonaba el teléfono decía ‘me está llamando el Papa'”.
“Zanchetta sigue siendo cura, sigue teniendo la protección de la iglesia”, agregó. Él, al igual que otros fieles de la Iglesia católica y exseminaristas reclaman a la Congregación de la Fe y al papa Francisco la quita del estado clerical al religioso.
El obispo emérito además está siendo investigado por delitos económicos, por una posible administración fraudulenta o estafa al Estado, durante su gobierno pastoral en la Diócesis de Orán. El Ministerio Público Fiscal informó a France 24 que esa causa se encuentra en estado de “averiguación preliminar”, a cargo de la fiscal penal Mónica Viazzi. En el marco de esa investigación, en 2019 hubo un allanamiento en la sede del obispado de la ciudad de Orán.