PARANá (ARGENTINA)
El Argentino [Gualeguaychu, Argentina]
March 3, 2018
Ni a la República Oriental del Uruguay ni a Villa Clara: el cura Daniel Rodríguez fue destinado por el obispo de Paraná Juan Alberto Puiggari para atender a la comunidad de la Parroquia Nuestra Señora de Luján, como vicario
Rodríguez fue, hasta finales de diciembre, vicario en la parroquia Jesús Maestro y Señor y
Nuestra Señora del Rosario de Pompeya, de Oro Verde. Ahora, encontró nuevo destino. Pero
quien era párroco en Oro Verde, el sacerdote Alfredo Nicola, sigue sin destino.
La situación es, por lo menos, compleja. Hasta diciembre Alfredo Nicola era el párroco de “Jesús
Maestro y Señor y Nuestra Señora del Rosario de Pompeya”, de Oro Verde. Ahora decidió quedarse con la capellanía
en el Hospital Fidanza, de Colonia Ensayo: o sea, mantener el sueldo del Estado que le paga el Ministerio de Salud;
pero sin ejercicio pastoral de alguna parroquia.
El obispo Juan Alberto Puiggari ya dispuso varios movimientos y designaciones de sacerdotes,
pero en todas, el nombre de Nicola aparece ausente. Las últimas designaciones y corrimientos
las dispuso el jueves 1° de marzo, cuando aceptó la renuncia del párroco de Bajada Grande,
Mario Taborda, quien sin embargo mantiene su cargo -y su sueldo- de capellán en el Servicio
Penitenciario de Entre Ríos.
En Oro Verde, Puiggari nombró como párroco -en reemplazo de Nicola- al sacerdote Hernán
Arismendi, que asumió el 19 de febrero último. Como vicario -para suplir a Daniel Rodríguez- se
nombró a Héctor Rodríguez, que a la vez asumió como vicecanciller de la curia, consignó el sitio
digital Entre Ríos Ahora.
A finales de 2017 se conoció la decisión de Puiggari de designarle un reemplazante, aunque ni
entonces ni ahora se sabe cuál es el destino que se le dio a Nicola, cuyo nombre apareció
zarandeado en medio de denuncias periodísticas por supuestos casos de abuso.
Un docente de la Escuela Parroquial Jesús Maestro y Señor, que fundó Nicola, Gabriel Flores, fue
denunciado por un supuesto abuso a un alumno. Cuando supo que había sido denunciado, el
docente desapareció de Oro Verde en medio de la noche, abandonó su auto al costado del río, y
en el interior dejó una carta dirigida a sus padres –que viven en Misiones- y todos supusieron un
suicidio. Nada de eso. Nadó hasta una isla y de allá fue traído por un pescador, se presentó en la
Policía y entonces se anotició de la denuncia en su contra en la Unidad Fiscal de Violencia de
Género y Abusos del Poder Judicial.
En paralelo, se conocieron denuncias por abusos contra el cura Nicola.
Antes de que ganaran la luz pública esas denuncias, Nicola anunció por whatsapp que se tomaba
un tiempo de licencia por estrés, después de un acuerdo al que había llegado con Puiggari.
Pero al mes volvió, dispuesto a tomar su lugar que había quedado en manos del vicario Daniel
Rodríguez. El vicario se sorprendió cuando lo vio volver y estuvo a punto de renunciar por la
situación incómoda. Finalmente, no renunció y ahora se conoció que ni él ni Nicola siguen al
frente de la parroquia de Oro Verde, publicó Entre Ríos Ahora.
Casi un papelón
Antes de eso, Nicola se vio involucrado en la causa penal por abusos y corrupción de menores
que se sustanció en Tribunales contra el sacerdote Juan Diego Escobar Gaviria.
Los defensores de Escobar Gaviria, los abogados Milton Ramón Urrutia y Juan Pablo Temón, lo
citaron como testigo a Nicola, pero una intervención del arzobispo Puiggari evitó el papelón.
El fiscal Federico Uriburu, de la Unidad Fiscal de Nogoyá, que llevó adelante la instrucción de la
causa del cura Juan Diego Escobar Gaviria, pidió a Puiggari el legajo del sacerdote cuando éste
fue citado por la defensa en el juicio que se desarrolló en Gualeguay. Pero el arzobispo sacó un
as de la galera: impidió que Nicola declarase en el juicio, y al responder la petición del fiscal,
expresó que el mismo se había tornado “abstracto”, y dejó a buen resguardo los antecedentes del
párroco de Oro Verde.
Pasada la tormenta del caso Escobar Gaviria, el propio Nicola fue centro de todas las miradas.
Enterado de las denuncias que publicó la revista Análisis en su contra por supuestos abusos a
menores, Nicola corrió hacia el vicario general, Eduardo Tanger, y le pidió que le firmara un
salvoconducto.
“El que suscribe, Monseñor Eduardo Tanger, Vicario General del Arzobispado de Paraná, certifica
que en dicho Arzobispado no existe ningún expediente sobre abuso de menores referido al Pbro.
Alfredo Luis Marcelo Nicola (DNI 23.341.742). Se extiende la presente certificación en la ciudad
de Paraná, a los 11 días del mes de diciembre de dos mil diecisiete”.
De ese modo, buscó contrarrestar las denuncias en su contra.
Pero cuando todo parecía indicar que volvería al centro de la escena, echando a un lado las
denuncias, de buenas a primeras regresó a cuarteles de invierno. “No está en ninguna parroquia,
así que supongo que debe estar viviendo en su casa”, dijo una fuente de la curia paranaense.