Resuelven crimen; liberan a sacerdote

MEXICO CITY (MEXICO)
Reforma [Mexico City, Mexico]

March 14, 2005

By Ricardo Zamora y David Díaz

[Via vLex] 

Las pruebas y declaraciones que involucraron al sacerdote Rolando Blasi Villatoro con una red de prostitución y pornografía infantil no fueron suficientes para el Ministerio Público.

El religioso obtuvo su libertad. A prisión sólo fueron enviados su amigo Julio Porres Vega y Jonathan Michel Barreda, acusados de asesinar a Eric Antonio Vladimir Sevilla, habitante de la casa de servicio de la Iglesia de Jesucristo Obrero, en Tlalpan.

El párroco Blasi Villatoro, le prestaba “La Casita”, como era conocida, a la víctima, con el que participaba en reuniones en las que se consumía alcohol y se mantenían relaciones homosexuales.

El pasado 9 de marzo agentes de la Policía Judicial de la Fiscalía Desconcentrada en Coyoacán fueron notificados del hallazgo de un cadáver que presentaba por lo menos 4 heridas de arma blanca y golpes en la cabeza.

Los policías y peritos de la Procuraduría capitalina se presentaron al inmueble ubicado en Jesús Lecuona y Aquiles Serdán, en la Colonia Ampliación Miguel Hidalgo, y encontraron el cuerpo desnudo cubierto con una cobija.

El religioso lo identificó como su amigo y, a pesar de que en la madrugada anterior había escuchado ruidos e ingresó al inmueble, dijo que no vio el cadáver sino hasta el día siguiente, cuando estaba acompañado de otro amigo al que reconoció como Julio Porres Vega.

“El occiso empezó a llevar a unos amigos de nombres Iván, Carlos y Michel, al parecer los dos primeros son travestis, por lo que empezó a tener problemas con la comunidad”, declaró el padre a los agentes.

La noche del homicidio, el sacerdote acompañado de la víctima; de Carlos o Freddy Carballo Martínez; y de Jonathan Michel, fueron a comprar tacos para cenar y regresaron a “La Casita” en donde también tomaron algunas copas de ron y cervezas.

“Carlos (o Freddy) le insinuó desde la cama, tomando una posición en cuatro puntos, que tuviera sexo con él y le gritaba ‘padre, no quieres ser mi marido’, eso fue cuatro veces aproximadamente, y el padre no accedió”, dice el informe policiaco.

En las instalaciones de la Procuraduría, el padre Blas Villatoro; Porres Vega; y Jonathan Michel dieron versiones contradictorias y se acusaron mutuamente.

El sacerdote, en una nueva declaración, reconoció haber mentido y culpó a Porres Vega del asesinato.

“Estando acostado en su cama, escucha un grito muy fuerte (…) se levantó y abrió la puerta de su cuarto, observando que salía de ‘La Casita’ su amigo Julio Porres Vega; de inmediato aborda el automóvil Cirrus saliendo del estacionamiento de la parroquia”, explicó el cura.

El remordimiento de conciencia y su dedicación a la palabra de Dios, confesó, lo hicieron rectificar para que se descubra la verdad.

En las mismas investigaciones se descubrió que Porres Vega era pareja sentimental del hombre muerto, y que llevaba a “La Casita” a varios menores de edad para obligarlos a sostener relaciones sexuales.

Uno de los menores de nombre Edgar fue localizado por la Policía y al rendir su testimonio señaló el abuso sexual que recibió, sin su consentimiento, por parte del párroco.

De esos actos, según las pesquisas, existen evidencias en video y fotografías que fueron halladas en una computadora que se encontraba en “La Casita”, y en las que se observa que Porres Vega sostiene relaciones sexuales con varios menores de edad.

Las investigaciones de la Policía Judicial señalan que Porres Vega fue quien ordenó el crimen; mientras que Jonathan Michel, complicidad con Carlos o Freddy (prófugo) asesinaron a Sevilla por una deuda de 150 mil pesos. Los dos presuntos homicidas ya fueron encarcelados.

El sacerdote de la Iglesia de Jesucristo Obrero quedó en libertad.

Declaraciones

El religioso confesó ante el MP que había mentido para encubrir a uno de los presuntos homicidas, por la amistad de muchos años que sostenía con esta persona, pero optó por decir la verdad.

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