Francisco, el Papa de las contradicciones

PERU
La Republica

Jason Day

[“Since his election we have put all our hope in Pope Francis” is the prayer that opens the statement that this week has launched in the media by Juan Carlos Cruz, James Hamilton and José Andrés Murillo. What unites these three men of such different personalities and lives is their contempt for impunity, extreme courage and a deep sense of justice and responsibility.

They were victims of Father Karadima and decided to break the silence of conservative Santiago de Chile to unmask the powerful elites who protected the Chilean priest. It has been a struggle against gravity, against a robust system whose roots were securely anchored in the highest social and economic spheres of Chile. A hypocrisy that serves as the foundation for the more conservative wing of his country, he has been hit hard. And they have done with one objective: that justice is done and that the sexual abuse they are victims and survivors, he never exercised against any other child or adolescent.]

“Desde su elección hemos puesto toda nuestra esperanza en el Papa Francisco”, es la oración con la que abre el comunicado que esta semana han lanzado a los medios de comunicación Juan Carlos Cruz, James Hamilton y José Andrés Murillo. Lo que une a estos tres hombres de personalidades y vidas tan diferentes es su desprecio por la impunidad, su extrema valentía y un profundo sentido de justicia y responsabilidad.

Ellos fueron víctimas del Padre Karadima y decidieron romper el silencio en la conservadora Santiago de Chile para desenmascarar al poderoso sacerdote que las élites chilenas adoraban y protegían. Ha sido una lucha contra la gravedad, contra un sistema robusto cuyas raíces se encontraban ancladas y aseguradas en las más altas esferas sociales y económicas de Chile. A la hipocresía que sirve de cimiento para el sector más conservador de su país, le han golpeado duro. Y lo han hecho con un objetivo: que se haga justicia y que el abuso sexual del que fueron víctimas y son sobrevivientes, no se ejerza jamás contra ningún otro niño o adolescente.

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