MEXICO CITY (MEXICO)
Sopitas.com [Mexico City, Mexico]
July 27, 2021
By Gabriela Espinosa
Con un gran número de denuncias, investigaciones a medias y altos funcionarios religiosos escondiendo los casos, fue el año pasado cuanto el Vaticano publicó un manual para los eclesiásticos con directivas que deben seguirse para investigar casos de presunto abuso sexual de menores dentro de la Iglesia.
Lamentablemente este es un caso más que no ha sido resuelto y que está escondido debajo de la alfombra religiosa en México.
Recientemente, desde el Club de Periodistas en la Ciudad de México, el abogado venezolano José Leonardo Araujo Araque reiteró la denuncia en contra del sacerdote paulino mexicano Juan Huerta Ibarra, a quien acusa de abuso sexual reiterado en el estado de Mérida, Venezuela.
El caso Huerta Ibarra
El venezolano explicó, en conferencia de prensa, que el sacerdote Huerta Ibarra se ordenó como sacerdote en los 1980 y desde entonces formó parte de la Sociedad de los Paulinos, donde llegó a ser superior y fundador de la comunidad Reina de los Apóstoles. Por ello fue enviado al estado de Mérida, en Venezuela, como parte de una misión pastoral.
Cuando se dieron los abusos sexuales, Huerta tenía 46 años y él 13 años, todo ocurrió en el 2001.
Araujo explica que el sacerdote poco a poco logró acercarse a su familia y a él mismo tratándolo como aspirante para ingresar a la congregación religiosa. Afirma que él iba los sábados y domingos hasta la ciudad de Mérida donde se encontraba con el padre Huerta Ibarra.
“El padre me llevaba a dormir a su habitación. Siempre había una cama duplex, jalaba la parte inferior y allí yo dormía. Él pues abusaba sexualmente de mí”, explica. Esto no ocurrió una sola vez sino varias.
Por estos hechos, Araujo presentó una denuncia ante la Fiscalía Superior del Estado de Mérida, en Venezuela, y la investigación inició el 29 de julio de 2019. De igual forma, el 22 de marzo de 2019 entregó al cardenal de Venezuela, Baltazar Porras Cardozo, una denuncia por abuso sexual.
Araujo explicó en conferencia, que entre el 3 y 11 de agosto de ese año, el 2019, el sacerdote Huerta fue visto en México como responsable de atender al público que llegaba al pabellón de las ediciones Paulinas, en la 21 Feria del Libro Católico que se llevaba a cabo en el atrio de la Basílica de Guadalupe.
Otra cosa que no debió suceder porque de acuerdo con las normas, cuando un sacerdote está en proceso de investigación canónica, no puede tener acercamiento con jóvenes.
Oculto en México
Hasta el momento sigue ejerciendo sus funciones y, de acuerdo con Araujo, el sacerdote se encuentra en Iztapalapa protegido por la Congregación Sociedad de San Pablo “Los Paulinos”. Incluso denuncia que la Arquidiócesis de México conoce el caso y no ha hecho nada.
Explica que el padre Huerta conoce las investigaciones de la Fiscalía de Venezuela en su contra y el proceso penal en curso pero asegura que es inocente.
“Pero si es así, ¿por qué no ha ido a Venezuela a dirimir su inocencia en los órganos penales?”, se cuestiona.
Fue en junio del año pasado, en 2020, cuando la Nunciatura de México informó a la víctima que el caso sería turnado a la Arquidiócesis Primada de México, por ser esta la instancia del Tribunal Eclesiástico Metropolitano. Unos días después le explicaron que ya había una investigación en contra del sacerdote Huerta Ibarra y que el caso lo llevaría el vicario judicial José Romero Rodríguez.
Dos años tardaron en dar con el paradero del sacerdote ya que la congregación lo ocultó en Chicago, Estados Unidos; luego en La Habana, Cuba y ahora en la Ciudad de México. Nunca dejó sus labores a pesar de que la congregación sabía de las denuncias civiles penales y las eclesiales.
El llamado es para que las autoridades mexicanas eclesiásticas dejen de esconderlo y lo pongan a disposición de las instancias judiciales de Venezuela.
Con información de EMEQUIS