En los 12 años recientes, la Fiscalía General del Estado (FGE) abrió 28 carpetas de investigación contra ministros de culto, la mayoría católicos, por delitos que van de abuso sexual infantil hasta atentados al pudor contra menores, pero sólo en una investigación se llegó a condenar al agresor, según datos de la dependencia.
Las 28 investigaciones corresponden a 33 presuntas víctimas, de las cuales al menos 26 eran menores al momento de ser agredidos, incluida una niña de 4 años por violación equiparada o el caso de tres niños de 8, 9 y 14 años por abuso sexual infantil y maltrato, pero también existe una denuncia de una mujer de 60 años por tentativa de violación.
En cuanto al estado procesal actual de las 28 averiguaciones, 18 están archivadas, 6 en trámite y 5 fueron consignadas.
El único caso en que se llegó a una sentencia condenatoria ocurrió en Zapopan, en 2011, donde los familiares de una joven de 15 años acusaron a un sacerdote por violación en grado de tentativa. No parece haber predilección hacia el género de las víctimas, pues 16 casos son contra hombres y 17 a mujeres.
Además de ministros de culto católicos también hay señalamientos contra un pastor protestante, aunque no se especifica de qué religión; asimismo, otras dos denuncias en 2013 contra un mismo pastor de una iglesia no especificada y una más contra un fraile. Además, en tres casos no se asentó el culto religioso ni el ministerio a cargo del denunciado.
En Guadalajara, 9 denuncias
Con nueve casos, Guadalajara concentra la mayoría de denuncias, seguida de Zapopan y Autlán con cuatro en cada municipio, Puerto Vallarta y Ameca con tres denuncias cada uno, mientras con un caso están Ayutla, La Huerta, Mezquitic y Tonalá; además de uno, cuya procedencia no fue anotada en la averiguación.
Entre los casos que ya fueron consignados ante el juez, pero no recibieron condena, está el de un pastor cristiano de Puerto Vallarta acusado de violación equiparada contra una niña de 4 años, en 2008, y el de un cura acusado de atentados al pudor por una adolescente de 17 años, en 2009, en Guadalajara.
También fueron consignados ante un juez sin recibir condena un sacerdote católico acusado de atentados al pudor contra una niña de 11 años, en Puerto Vallarta, o el de una de 13 años también por ese delito, en Tonalá, en 2013, aunque se ignora el culto del ministro religioso acusado.
En 2014 fue consignado ante un juez, pero tampoco recibió condena, un fraile católico en Mezquitic, acusado de abuso sexual infantil contra dos adolescentes de 14 y 15 años. Igual ocurrió en 2015 en La Huerta, luego que un sacerdote fue acusado de abuso sexual infantil equiparado y atentados al pudor, cometido contra una niña de 11 años.
Entre los casos archivados está la denuncia interpuesta en 2007 en Ayutla contra un sacerdote por atentados al pudor contra una niña de 5 años o la denuncia por tentativa de violación presentada en 2008 por una mujer de 60 años en Guadalajara contra un sacerdote católico; también el de una niña de 10 años en 2010 por tentativa de violación en Guadalajara contra un religioso cuyo culto no fue detallado.
Otros casos archivados son el de un sacerdote acusado de maltrato a un menor en Zapopan, en 2011, o el de violación contra un adolescente de 16 años también en Zapopan ese mismo año y también contra un integrante de la curia católica; o el de un hombre de 22 años que acusó a un sacerdote por atentados al pudor, en 2012, o una niña de 14 años que denunció abuso sexual infantil contra un cura en 2013.
La denuncia que abarca el mayor número de presuntas víctimas se refiere a tres niños de 8, 9 y 14 años por abuso sexual y maltrato, ocurrido en 2013 y se encuentra archivada, pero no se detalló el municipio donde presuntamente ocurrió, aunque sí que el señalado es el pastor de una iglesia no especificada.
Más denuncias archivadas fueron presentadas en 2017 en Ameca contra un cura, por abuso sexual a un adolescente de 16 años; en 2018 fueron interpuestas dos en Autlán también contra un cura local y que fueron archivadas: una contra un menor de 17 años por abuso sexual y otra contra una niña –no se detalló edad– por abuso sexual infantil. Ese mismo año una de 15 años denunció abuso sexual contra otro sacerdote en Puerto Vallarta y el caso quedó archivado.
En Autlán las denuncias han proliferado en meses recientes y en este 2019 hay dos casos más contra un cura, ambos archivados y presentados por un hombre cuya edad no fue consignada, por atentados al pudor.
Denuncias en trámite
En trámite continúa la denuncia que en 2013 presentaron dos mujeres, una de 15 años y otra de 19, por abuso sexual infantil y violación contra un pastor –sin culto especificado– ocurrida en Guadalajara.
También en trámite está el caso de una niña de 13 años quien fue abusada sexualmente, según la denuncia, por un sacerdote católico de Guadalajara en 2014.
Otras querellas, en trámite, fueron presentadas en Guadalajara en 2016 por un hombre de 34 años por violación; y en Zapopan un menor dijo haber sido violado. En ambos casos no se especifica el culto religioso y ministerio de los acusados.
En Ameca, en 2018 un adolescente de 13 años denunció abuso sexual y en ese mismo municipio, pero hace apenas unos meses, se presentó una segunda denuncia también –de uno de 13 años– por corrupción de menores. Ambos casos contra un cura católico y los dos en trámite.
Bajo el cobijo de Sandoval Iñiguez
Roberto Castelán, historiador e investigador de la Universidad de Guadalajara, autor de una novela por publicarse sobre abusos sexuales infantiles entre la curia, no dudó en calificar al cardenal emérito de Guadalajara, Juan Sandoval Íñiguez “como el gran protector de pederastas. “La mayoría de casos no terminan en denuncia penal, casi todos los abusados son católicos que prefieren denunciar ante la parroquia, ante los obispos, pero todos los paran y han hecho de eso una labor eficiente.
Por ejemplo, el obispo de Autlán (Gonzalo Galván Castillo) a quien en 2015 obligaron a renunciar al cargo por las múltiples denuncias de proteger a un cura pederasta (Horacio López)”, dijo Castelán.
El investigador dijo que por ello son muy raras las denuncias penales y éstas suceden cuando “de plano se les escapa” a los jerarcas católicos.
Una de las querellas que se le salió de control a la Iglesia fue la de Rocío Cázares Tamayo, quien en 2014 y tras cuatro décadas de haber sido abusada sexualmente –de acuerdo con la denuncia 4421/2014– dio a conocer públicamente que el sacerdote Francisco Narez Fernández, miembro del grupo franciscano que resguarda la basílica de Zapopan, la agredió a ella, a una hermana y hasta a su madre. Cinco años después la denuncia sigue sin resultados.
Otro caso que causó enfrentamientos verbales entre pobladores de Temacapulín y Tepatitlán, en la conservadora región alteña jalisciense y cuna del movimiento cristero, fue el del sacerdote Rafael Córdova, a quien una familia del primer pueblo acusó de abusar sexualmente de una niña de 11 años que padece síndrome de Down.
Al cura Córdova los fieles de Temacapulín habían acusado ante la diócesis de San Juan de los Lagos de tener problemas emocionales que afectaban su ministerio, pero sus llamados nunca fueron atendidos, recordó Gabriel Espinoza, ex sacerdote católico muy conocido en el pueblo por ser uno de los principales opositores que lograron detener la inundación de la comunidad por la construcción de la presa El Zapotillo.
“Cierto o falso, tras las acusaciones se hizo un escándalo, la gente de Tepatitlán, de donde era originario, contra la de Temacapulín, pero no fue la mayoría de la gente de Temaca la que lo denunció como pueblo, sino la familia supuestamente agraviada. A mí no me consta, pero sí hubo un escándalo de tales dimensiones que tras el retiro del padre Córdova el pueblo quedó sin sacerdote cerca de 10 años”, dijo.
En la arquidiócesis de Guadalajara, su vocero, Antonio Montaño Mercado, dijo que en los 25 años que lleva a cargo de la oficina de prensa conoce alrededor de 12 casos en ese tiempo con “denuncia explícita de parte de familiares contra sacerdotes de aquí de Guadalajara” y sólo uno fue condenado a cárcel.
Recordó que el cardenal de Guadalajara, Francisco Robles Ortega -quien cumplió siete años en el cargo el pasado febrero–ha presentado tres denuncias ante la fiscalía “porque es la actual orden y compromiso de la Iglesia, aunque el caso sea presunto”, para que sea la autoridad civil la que deslinde responsabilidades.
“Uno de ellos ya no siguió en el presbiterio y lo más probable es que los otros dos también terminen por declinar o se espere el proceso de Roma, porque simultáneamente a las denuncias ante las autoridades, se presentan los casos en el Vaticano”, dijo.
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