BUENOS AIRES (ARGENTINA)
Diario El Día de La Plata [La Plata, Argentina]
February 1, 2019
Tras la polémica que generó su llegada al colegio Nuestra Señora del Valle por
la movida de un grupo de padres, finalmente se decidió que se quedará en
Gonnet
El nombramiento del padre Eduardo Lorenzo al colegio Nuestra Señora
del Valle de Tolosa generó una enorme polémica. Es que un grupo de
padres de alumnos que asisten a esa comunidad educativa expresó su
rechazo a la designación del padre en la parroquia de 115 entre 529 y
530, lindante con el nivel secundario.
Quienes plantearon la preocupación por la designación del sacerdote aludieron a
una denuncia penal que pesara en su contra en 2008, por lo que empezaron a
juntar firmas para acompañar una carta que enviaron al Arzobispado local
planteando los reparos. Incluso preparaban una movilización para este
mes frente a la institución educativa.
Lo cierto es que ahora trascendieron las cartas que el propio Arzobispo Víctor
Manuel Fernández le envió a Lorenzo, y la respuesta de éste rechazando la misión
que le había sido encomendada.
La carta completa del padre Eduardo Lorenzo:
“Sr. Arzobispo de La Plata Mons. Víctor Manuel FERNÁNDEZ Estimado
Monseñor, me atrevo a escribirle estas palabras debido al estado de confusión y
de conmoción que provocó mi nombramiento de Párroco en un grupo de padres
de la Comunidad Parroquial y Educativa Nuestra Señora del Carmen en Tolosa.
El estado de confusión fue generado por difamacionesque se han llevado a los
medios y portales locales y nacionales y luego al Arzobispado de La Plata.
Dichos comentarios, que tienen un origen calumnioso y difamatorio, han puesto
en juego y han creado dudas sobre mi integridad moral en el ejercicio de mi
sacerdocio. Al respecto quiero asegurar que jamás he cometido un acto que sea
indigno de mi ministerio sacerdotal. Pero muchos padres, sin dudas, se hicieron
eco de esas calumnias, injurias y difamaciones, quiero pensar que sorprendidos
en buena fe. El problema no es de ellos sino de quienesles hicieron creer esto,
les hablaron de una causa que la Justicia ya resolvió, siendo archivada hace
varios años por falta de méritos. Yo en lo personal, le pido a Usted Monseñor,
poder reunirme con esas mamás y explicarles cómo fue la situación hace once
años atrás.
Creo que, a pesar de que me duele en el alma, es mejor no asumir en la
comunidad de Tolosay permanecer un tiempo en mi querida comunidad de
Gonnet. Es por el bien de todos, sobre todo por el bien de la Comunidad de
Tolosa, de los chicos de Tolosa, de la evangelización en Tolosa. No se puede
anunciar el Evangelio sin alegría, no se puede anunciar un Evangelio de
encuentro desde el desencuentro, no se puede compartir el Evangelio y
acompañar a los pobres, desde dudas y desde problemáticas de algunos grupos.
Lamento en el alma que esto haya pasado. Tenía un montón de proyectos y de
cosas pensadas desde que me anunció el cambio. Ya nos habíamos reunido con el
querido Padre Julio Veliche, etc. Pero bueno… uno a veces piensa o proyecta y
evidentemente hay quienes tienen el poder de transformar las cosas. Querido
Monseñor, pido a Dios que en algún momento salga a la luz la verdad y también
pienso si no debo agotarlos medios legales para que se aclare esta situación,
porque fue mucho dolor, mucha angustia, y fue mucho el daño que se hizo y lo
que se desfiguró mi imagen sacerdotal. A mí, a mi familia, a mis amigos, nos
provocó un daño muy grande, y me preocupa que le hagan lo mismo a otros. Pero
bueno, no importa, Dios sabrá y será por otros caminos que yo desconozco
completamente, que me usará para hacer el bien. Creo que acá hay que priorizar
el mensaje sobre el mensajero. Si algunos creen que ganaron una batalla, la
verdades la del Evangelio: espérdida para los gentiles, pérdida para los
maliciosos y ganancia para los que creen y confían. Renuncio a este honor que
Usted me había otorgado de ser el Párroco de semejante e histórica Comunidad
como es la querida Nuestra Señora del Carmen de Tolosa. Pero sabe qué
Monseñor, no creo que sea lo más conveniente para el Pueblo de Dios.
“Esto no es una guerra, la Iglesia no hace guerras, la Iglesia de Francisco no
construye muros ni hace guerras. Construye puentes y este es mi pequeño y
humilde puente. Han puesto en tela de juicio hasta el ejercicio de mi ministerio
Sacerdotal: sí confieso presos, sí confieso Sacerdotes detenidos, sí soy amigo…
Jamás negaría a un amigo. Si fuera amigo del Padre Grassi lo diría, pero no lo
soy. Yo voy a confesar, confieso en las cárceles y seguiré confesando a todo aquel
que muestre buena disposición para ser perdonado porque para eso me hice
Cura. No soy el confesor habitual del padre Grassi, aunque lo habré confesado
alguna vez. Han puesto en duda también mi relación con mis compañeros en el
Servicio Penitenciario en el cual trabajo hace veintinueve años, y que
seguramente por cargos que he ocupado, a algunos no les hayan gustado las
decisiones. No a todos les gustan nuestras decisiones, pero de ahí a malos tratos
es otra cosa. Soy sincero, frontal, sobre todo con personas de mi confianza y
cariño, pero no considero que eso sea maltratar. Mucho se hizo correr también a
través de WhatsApp privados, de comentarios. Hay que ser claros cuando se
juega con la moral y la integridad de una persona.
“Pero bueno… vamos a seguir adelante Querido Monseñor, no quiero extender
más esta carta, simplemente decirle, agradecerle que seguramente comprenderá
que priorizo a una porción del Pueblo de Dios y no siento la alegría ni el
entusiasmo para movilizarme en la Comunidad de Tolosa. Sería más motivo de
pérdida para Dios que de ganancia. Porque amo a la Iglesia digo, por favor
Monseñor, reléveme de tener que asumir en Tolosa. Dios sabe. Hay una frase
muy linda del querido Padre Kentenich que siempre recuerdo que dice: “…
aproveché todo para el crecimiento del amor a Dios…”. Esto debo aprovecharlo,
debo ofrecer este dolor por la Iglesia y por todos mis hermanos, particularmente
por los privados de la libertad. Incluso agradezcoa la gente de Tolosa que me
llamó, que adhirió, que me bancó, que confía en mí como tantísimos de todas las
Comunidades donde estuve, a mis hermanos Sacerdotes, a los Obispos… Gracias,
pero por favor sepa entender este pedido. Desde ya le agradezco su paternal
acompañamiento permanente y constante.
Filialmente, Padre Eduardo Lorenzo”
La respuesta del Arzobispo platense
Querido Eduardo:”Leí detenidamente tu carta y después estuve unos días
rezando y pensando al respecto. Cuando hablamos de la posibilidad de un cambio
de parroquia, aconsejado también por mis dos obispos auxiliares que te conocen
mejor que yo, lo hicimos pensando que era el momento de iniciar una nueva
etapa. Habías estado 12 años en la parroquia de Gonnet y había pasado mucho
tiempo después de aquella acusación presentada ante la Justicia y ante
el Arzobispado, y archivada en ambas instancias 10 años atrás. La nota por la cual
se archivaba la causa en la Justicia, dice que se hizo “no habiendo imputado
delito a persona alguna” (12/01/2009). La fiscal era la Dra. Ana Medina. La
instancia eclesiástica concluida por Mons. Aguer igualmente desestimó el delito y
te solicitó “prudencia” en el trato con las personas (no habla de “abuso de
autoridad”).
“Si bien después de eso gestionaste la parroquia y el colegio en Gonnet durante
diez años, sin que se presentaran nuevos elementos de juicio o acusaciones, por
exceso de prudencia pedí una consulta complementaria. Allí indagamos acerca
de tu comportamiento en los últimos años, y se incluyeron personas que no son
precisamente amigos tuyos. Si bien algunos que han trabajado con vos pueden
haber tenido reparos con respecto a tu estilo pastoral o a tu carácter, sin
embargo igualmente han defendido tu buena fama.
“Parecía entonces que no podíamos negarte la posibilidad de empezar una nueva
etapa. Y para que te dedicaras plenamente a la nueva parroquia de Tolosa, en
diciembre designé también un sacerdote vicario que te acompañaría y se
dedicaría al colegio. Pero en enero un grupo de personas, junto con algunos
padres del colegio, comenzó a intervenir en medios y portales locales y a juntar
firmas en contra de tu llegada al colegio, donde en realidad no estaba previsto
que fueras. No sé cómo lograron que la presencia de este tema en los medios
fuera tan constante. Desde que asumí como Arzobispo en La Plata nunca
logré instalar un tema en los medios locales con esta contundencia. Estos hechos,
y la confusión de la información que corría, me llevaron a pedir a mi Vicario
judicial que elaborara un comunicado aclaratorio especialmente dirigido a los
padres del colegio. El comunicado se emitió el 15 de enero con mi supervisión y
se hizo llegar a los padres, mencionando explícitamente que el
sacerdote referente para el colegio no serías vos sino que sería el nuevo vicario
parroquial. Sin embargo, un grupo de personas ignoró completamente esta
aclaración pública, siguió juntando firmas en contra de tu supuesta llegada al
colegio y siguió sosteniendo en los medios que rechazaban tu llegada “al colegio.
“Como vos decís, es completamente comprensible que algunos padres se hayan
molestado si se les transmitía que un ser supuestamente peligroso –que no es
ciertamente tu caso– llegaba al colegio de sus hijos. Quizás vos y yo, en el lugar
de ellos, habríamos hecho lo mismo. Pero uno se pregunta qué otros objetivos
persiguen -algunas- de las personas que movilizaron esto. Me lo pregunto por lo
siguiente: las notas en los medios y en los mensajes que hicieron correr
mezclaban algunos datos verdaderos con otros falsos. Después de la reunión
que tuvieron con Mons. Bochatey en el Arzobispado salieron a decir cosas que no
se habían hablado allí. Intentaban averiguar dónde solías pasar tus vacaciones y
otras informaciones, indagando incluso en el Servicio penitenciario, donde
trabajás. Si yo acordaba reservadamente una reunión con vos, inmediatamente
sabían que día y a qué hora nos íbamos a ver.
“Me llegaron mails amenazantes sin firma, etc. Así se pasó de lo que podría
haber sido una comprensible preocupación, a una batalla burda para ridiculizar
tu figura. En este sentido, aunque han dicho que lo único que persiguen es que
vos no vayas a Tolosa, me pregunto si realmente se quedarán tranquilos con un
renunciamiento tuyo. Pasaste un mes muy duro y temía por tu salud. Me
pregunté si era justo someterte a las nuevas estocadas que probablemente
llegarían, pero no me parecía adecuado avalar ciertos procedimientos. No creo
que la sociedad de La Plata los avale, porque en ese caso terminaríamos
todos contra todos.
“Sin embargo, me convenció un argumento tuyo: me hablaste del bien mayor de
la tarea evangelizadora de la Iglesia; me planteaste que todas tus iniciativas
evangelizadoras podrían verse seriamente comprometidas por la desconfianza
instalada en la nueva parroquia y que Tolosa no se merecía eso. Por eso,
pensando en el bien común y en la prioridad de la misión evangelizadora de la
Iglesia, acepto tu pedido de quedarte en Gonnet. Lo acepto con tal que sea para
que inicies allí una nueva etapa misionera, con un renovado amor a tu
comunidad y con nuevos proyectos.
“La última vez que estuve en tu parroquia mencioné que, con tus virtudes y tus
defectos que todos conocen, allí te habías entregado y habías compartido tu vida.
La gente que colmaba el templo reaccionó con un cerrado y emotivo aplauso.
Esa comunidad seguramente te acompañará para que puedas aplicar las líneas
pastorales de la Arquidiócesis y encontrar una nueva fecundidad en tu
ministerio. Te pido disculpas si me equivoqué exponiéndote a este tiempo de
dolor y humillación pública, pero no dudo que el Señor utilizará todo eso para
bendecir tu ministerio y tu comunidad.
“Que todo sea para la mayor gloria de Dios. Con afecto en el Señor”.