“El Papa me pidió perdón, está espantado con los abusos, esto es un tsunami”

UNITED STATES
El País

May 19, 2018

By Carlos E. Cué

[“The Pope asked me for forgiveness, he is scared with the abuses, this is a tsunami”]

[Google Translation: Juan Carlos Cruz still does not recover from his stupor. Three months ago, this victim of the abuses of the Chilean priest Fernando Karadima carried out a dialectical clash with the Pope, who in full trip to the southern country accused him of launching “infamies” against Bishop Juan Barros, a disciple of Karadima, who according to Cruz was present when he abused him. Afterwards, the Pope took a 180 degree turn, invited him for a week to Santa Marta, his residence, asked for forgiveness and believed him. And now he has seen how the 34 Chilean bishops resigned forced by Francisco . An unprecedented success that marks a milestone in the struggle of victims around the world. Cruz answers by phone to EL PAÍS, very excited and confident that the turn of the Pope is final.

Question. How do you feel about the news of the resignation of the 34 bishops?

Answer. I’m over the top After spending a week at the Pope’s house talking to him for hours, as if I had known him all his life, and he was so affectionate, now to see that he in the letter to the Chilean bishops told them many things that we talked about, that he took it very seriously, as when he talks about the corruption of bishops, and accuses them of hiding documents, or of minimizing things. I was thrilled that he took what we talked so seriously. I felt that our visit was not a matter of protocol, of public relations.]

Juan Carlos Cruz aún no se recupera de su estupor. Hace tres meses, esta víctima de los abusos del sacerdote chileno Fernando Karadima protagonizaba un choque dialéctico con el Papa, que en pleno viaje al país austral le acusaba de lanzar “infamias” contra el obispo Juan Barros, discípulo de Karadima, que según Cruz estaba presente cuando abusaba de él. Después, el Papa dio un giro de 180 grados, lo invitó una semana a Santa Marta, su residencia, le pidió perdón y le creyó. Y ahora ha visto cómo los 34 obispos chilenos dimitían forzados por Francisco. Un éxito sin precedentes que marca un hito en la lucha de las víctimas de todo el mundo. Cruz contesta por teléfono a EL PAÍS, muy emocionado y confiado en que el giro del Papa es definitivo.

Pregunta. ¿Cómo vive la noticia de la dimisión de los 34 obispos?

Respuesta. Estoy sobrepasado. Después de pasar una semana en casa del Papa hablando con él horas, como si lo conociera de toda la vida, y él tan cariñoso, ahora ver que él en la carta a los obispos chilenos les decía muchas cosas de las que hablamos, que las tomó muy en serio, como cuando habla de la corrupción de los obispos, y los acusa de esconder documentos, o de minimizar las cosas. Me emocionó que él se tomase tan en serio lo que conversamos. Sentí que nuestra visita no fue una cosa de protocolo, de relaciones públicas.

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