RAMOS CORDERO HA MANIFESTADO QUE DESDE HACE MÁS DE UN AÑO, LA GENTE NO ESTÁ CONTENTA CON ESTE CURA
(Chapala, Jal.).- La poca solidaridad con el pueblo, su cuadratura para dirigir la iglesia y el poco sentido de identificación con las familias del pueblo son algunos de los factores que han mermado la popularidad del cura Javier García Orozco entre los ajijitecos, ha señalado en entrevista el coordinador de la obra catequista Pasión de Cristo, Eduardo Ramos Coredero, la cual tiene 36 años realizándose ininterrumpidamente en la población de Ajijic.
Ramos Cordero ha manifestado que desde hace más de un año, la gente no está contenta con este cura, quien recibió su nombramiento territorial el 30 de junio del 2014, y que suplió al párroco Alfredo Arreola, quien actualmente se encuentra ejerciendo su ministerio en el templo de la Soledad en Tlaquepaque.
Lalo, como es conocido entre los locales, indicó que la población no busca un sacerdote a su medida y capricho sino que se busca un párroco congruente con su ministerio sacerdotal.
“Que ame a Cristo y que lo demuestre en su pastoreo. No queremos sacerdotes perfectos, porque no los hay, pero queremos un sacerdote que no sea caprichudo y lleno de amargura”, espetó el entrevistado.
Además dijo que es necesario levantar la voz y defender a la iglesia de quien sea. “Si la he defendido de los sacerdotes tengo que hacerlo no porque sea perfecto, sino porque no está cumpliendo con su ministerio con el que se comprometió con Cristo voluntariamente; nadie lo obligó ni a él ni a ningún sacerdote”.
Añadió que da flojera arrimarse con los curas porque son intransigentes, soberbios, no escuchan y sólo quieren hablar de ellos.
También denunció que el cura Javier García Orozco no permite hacer guardia a los difuntos, “que porque no está bien. Bueno esa son nuestras costumbres. Eso lo hace por su falta de amor, de tacto hacia la gente y su apatía a visitar cada hogar del pueblo para empaparse de sus necesidades”.
Eduardo, mencionó que el pueblo debe hablar, externar sus sentimientos. “Tenemos un gran cariño a los sacerdotes, pero ellos mismos se encargan de convertir nuestro cariño en coraje en apatía”.
Además, expresó que el pueblo se tiene que quitar su fanatismo que es lo que más le daña. “Pastores y ovejas son lo mismo y debemos caminar al unísono, ayudarnos unos a otros, el pueblo debe saber, si su sacerdote no está obrando cristianamente, se deben de bajar del pedestal (los sacerdotes) donde ellos mismos se subieron, nadie los subió”.
En el transcurso de la entrevista, realizada en las oficinas de Periódico Laguna, Lalo ahondó explicando que el cristiano, el fiel católico, debe ser valiente, debe denunciar cuando la actitud de los sacerdotes no es buena. “Deben tener miedo de callarse (los habitantes), porque cuando nos muramos, el Señor nos va pedir cuentas de lo que debimos haber hablado”.
“Como yo conozco mi catolicismo, estudié, ya no veo a mis sacerdotes como dioses o seres intocables. Los veo como seres humanos dignos de ser amados, dignos de ser respetados, pero en cuanto ellos sean dignos de eso. Si no lo son yo no les brindo mi respeto”, expresó el coordinador de Pasión de Cristo.
Al preguntarle si había ya tenido un acercamiento con el cura Javier ( foto a la Izq.), Lalo dijo que en un principio se llevaron bien, pero la relación se ha fracturado por la actitud que ha tomado el párroco hacia la población.
Lalo contó a Laguna que cuando fue a buscar al cura para pedir un favor, antes de preguntarle a qué iba, le comenzó a cuestionar por qué no iba a misa, por qué no se confesaba. A los que le respondió que para él era más importante el amor a su comunidad, esforzarse para ayudar al prójimo que estar rezando novenas y pasártela todo el tiempo en el templo.
Además, “si yo no voy al templo y a clases de biblia, él tiene que ir con cariño. No sólo conmigo sino ver qué les pasa a las familias, porque están sufriendo. Lo que están sufriendo por la drogadicción de sus hijos, por la falta de trabajo. Nada más se limitan a oficiar, bautizar, confirmar y a administrar las limosnas”, sentenció.
Añadió: “Yo no sé qué están haciendo en sus curatos, administrando el dinero de las limosnas, llenando papeleo, pues para eso tienen un secretario. El único que yo sé que trabaja, aparte de cumplir con su obligación, trabaja en el Instituto de Antropología y es un excelente pastor. Es el padre Everardo”.
Lalo también confesó que un sector del pueblo se encuentra molestó por la actitud que tuvo con la muerte del catequista Manuel España. “Se molestó porque le dieron clamores muy largos. La gente se dio cuenta y comenzó a decir ‘bueno, ¿y en qué le afecta?’ o ‘¿qué las campanas se desgastan?’ o ‘¿acaso ignoraba quién fue Manuel?’. Manuel sangró amor desde niño en Ajijic, por eso cosechó amor, por eso cosechó tantas muestras de cariño, tantas lágrimas el día de su partida”.
El entrevistado explicó que también el párroco se molestó cuando le abrieron la capilla del Rosario para meter por unos momentos el féretro y rezar por el alma del catequista que dedicó más de 50 años de su vida a la evangelización.
“Qué tiene que te abran la capilla para que entre un hombre que amó a María del Rosario. La gente quería rezar un rosario y orar por su alma”, dijo.
Además manifestó que ya descubrió que el cura no está a gusto aquí en Ajijic. “Hay gente que me lo ha dicho. Nos hemos salido de misa porque es incongruente lo que dice. ‘Repórteme en el arzobispado, no me molesta, al contrario, me harían un gran favor; yo no estoy a gusto aquí’”.
Lalo refirió que “¿por qué tenemos que denunciarlo nosotros? ¿Por qué no les dice a sus superiores que está molesto en Ajijic? ‘Quiero irme, el pueblo está molesto’”.
Al igual, Ramos Cordero, se quejó por el poco apoyo que recibió la obra catequista “Pasión de Cristo” en su treintaiseisava representación, ya que no les permitió el uso de energía eléctrica en el atrio de la Parroquia de San Andrés, ni les facilitó el atrio de la capillita para realizar la “Verbena del Pasado”, kermesse que se hace cada año en la plaza principal para recaudar fondos para la obra catequista. “Nos permiten hacer las cosas, pero no nos ayudan”.
Sin embargo, señaló que “si te pones a pensar a lo mejor tiene razón: En la capillita cada vez que finaliza ‘La Verbena del Pasado’ termina un cochinero, pero deberían tomar en cuenta que al día siguiente se tiran los desperdicios de la comida, [limpiamos] cuatro o tres días [después], y a veces más, porque estamos cansados se recoge absolutamente todo y entregamos el atrio mejor de los que recibimos”.
Además indicó que “yo siempre he cuidado que nos divorciemos del clero (Pasión de Cristo), no de la Iglesia, porque nosotros somos la Iglesia. Como en Iztapalapa, entonces todo se convierte en borrachera, derroche de dinero a manos llenas, mientras no nos den motivo para separarnos”.
Para finalizar, Lalo dijo que el cura Javier García Orozco debería acercarse a platicar para llegar a acuerdos. “’A Pasión de Cristo’ se nos cerraron unas puertas, pero se nos abrieron otras, la Casa de la Cultura de Ajiijc, y el Ayuntamiento de Chapala nos ayudó a sacar la obra catequista mandando personas y facilitando sus instalaciones del Centro Cultural Ajijic para que los actores se cambiaran de vestuario”.
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