PERU
El Comercio
[With grief and indignation, Catholics in Peru are now down to our own chapter of the global abuse and pedophilia scandal that has plagued the Church in many countries over the past thirty years. It was not just a matter of the United States, Ireland or Canada. The same epidemic was also among us.]
Con pena e indignación, los católicos en el Perú estamos conociendo ahora nuestro propio capítulo del escándalo mundial de abuso y pederastia que ha asolado a la Iglesia en muchos países en los últimos treinta años. No era solo un asunto de Estados Unidos, Irlanda o Canadá. La misma epidemia estaba también entre nosotros.
Y con los mismos síntomas: personajes nefastos vinculados al clero o, en términos más amplios, a la conducción de grupos o entidades religiosas, aprovechando su condición de líderes, pastores o superiores, para obtener favores sexuales de menores de edad. Con idéntica dinámica de encubrimiento y distracción, en una mezcla escurridiza entre las sanciones eclesiales y la justicia penal. Hechos terribles que nunca se dan a conocer a menos que una investigación externa los consiga desentrañar.
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