CHILE
swissinfo
Por Anthony Esposito
SANTIAGO (Reuters) – Cientos de católicos se reunieron el sábado en una iglesia de la pequeña ciudad chilena de Osorno para protestar por la designación del obispo Juan Barros, acusado de proteger a uno de los más conocidos pederastas del país.
El nombramiento desató la ira de muchos parroquianos y puso en duda la promesa del Papa Francisco de acabar con los abusos sexuales en la Iglesia.
Sus críticos dicen que Barros estaba al tanto y ayudó a encubrir los abusos del padre Fernando Karadima, cuyo caso es el más infame de varias acusaciones de pedofilia dentro de la Iglesia Católica en Chile.
En el 2011, Karadima fue hallado culpable por el Vaticano de abusar de niños adolescentes durante muchos años. Libre de cargos penales después de que la investigación en su contra naufragara por cuestiones técnicas, la Iglesia lo castigó prohibiéndole celebrar misas públicas.
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