ARGENTINA
Perfil
Por Cecilia Di Lodovico | 22/09/2013
Pasaron 11 años desde que se atrevió a denunciar al cura Julio César Grassi. Desde entonces, “Gabriel” crece a la sombra del hombre condenado a 15 años de prisión por abuso sexual agravado y corrupción de menores.
Hoy, tiene 30 años y vive de changas, en el rubro de la construcción, porque no consigue un trabajo fijo, aunque finalizó un curso de computación para poder avanzar. El miércoles, un llamado a su celular lo alertó sobre la decisión de la Corte Suprema de Justicia bonaerense que, al igual que la Cámara de Casación, confirmó la sentencia condenatoria del Tribunal Oral Nº1 de Morón del 10 de junio de 2009. Sin embargo, el sacerdote continúa en libertad. Y Gabriel –la víctima– lo sufre. En una carta que envió a PERFIL les implora a los jueces que detengan al cura y relata su padecimiento.
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