El vocero del Arzobispado de Mendoza, el padre Marcelo De Benedectis aseguró en una entrevista con el sitio Unidiversidad que la Iglesia no tiene "espíritu de ocultar" y que en ningún caso pretendieron obstaculizar a la Justicia para impedir una investigación.
Al ser consultado por el mismo medio sobre la posibilidad de que la Iglesia mantuviera un registro de los sacerdotes o religiosas que fueron acusados de abuso en la provincia para hacerles un seguimiento, el sacerdote señaló que no, pero recordó algunos casos y en los que se apuntó contra un religioso pero no se pudo probar nada.
"Como registros no, pero casos que hemos tenido, específicamente en Mendoza como tal fue el padre Luis Sabarre, que fue sobreseído y después un caso que lamentablemente es un daño que se está haciendo de otro padre Squizziatto (Alejandro), que nunca fue investigado porque nunca fue acusado, cuando la Iglesia pidió ante una presentación en el Arzobispado que los padres hicieran la denuncia no la presentaron en la fiscalía y la fiscalía cerró el caso. Pero él nunca cometió ningún delito".
El padre Squizziatto fue acusado en 2014 por el presunto abuso de un niño, pero de acuerdo con el abogado Carlos Lombardi, de la Red de Sobrevivientes de abusos eclesiásticos, la denuncia solo se hizo ante las autoridades de la Iglesia y en ese plano debía continuar hasta que se aclarara el caso.
"De Benedecits hace referencia al daño que se le hace a un cura que nunca fue investigado y eso es falso, yo representé a los padres y al niño. Fue investigado en el tribunal eclesiástico de Mendoza. Hubo pericias, hubo testigos y ellos tienen la obligación de seguir la investigación hasta la sentencia definitiva", comentó.
Aunque Lombardi actuó como representante de la familia, señaló que no está autorizado a difundir el resultado de las pericias. Sin embargo consideró que antes de decir que el sacerdote es inocente, las autoridades eclesiásticas deberían presentar las pruebas.
Franzini (Carlos María, el arzobispo) tiene que dar respuestas, sobre por qué no se siguió la investigación, y si se hizo, qué resultado dio", apuntó Lombardi.
El abogado consideró que como vocero del arzobispado, De Benedectis no puede desconocer las denuncias que se hicieron en torno al Próvolo en el año 2008, ni el traslado de Squizziatto a otra parroquia.
Aunque en el caso de el niño que habría sido abusado en 2014 no hubo denuncia hecha en la Justicia ordinaria, el abogado consideró que esta está facultada para iniciar una investigación en torno a la obra que se realiza en la parroquia Nuestra Señora de Montserrat (Godoy Cruz, Mendoza), con niños menores.
"La Iglesia sigue manteniendo los traslados, y continúa con un sistema de encubrimiento y silenciamiento", aseguró y finalizó exigiendo respuestas por parte de la Iglesia en los casos de abuso: "no son los padres de los menores los que tienen que salir a declarar, son ellos".