Ilarraz: el tribunal eclesiástico nunca se pronunció


entreriosahora
Marzo 28, 2017

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El caso del cura Justo José Ilarraz, acusado en la Justicia civil por graves abusos  a menores ocurridos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, de Paraná, donde el sacerdote fue prefecto de disciplina entre 1985 y 1993, no ha tenido ningún dictamen de tribunal alguno de la Iglesia.

La primera investigación, parcial, la mandó a hacer el exarzobispo de Paraná, Estanislao Esteban Karlic, en 1995, cuando ordenó al instructor de Justicia de la diócesis, el cura Silvio Fariña, tomar declaración a las víctimas que primero denunciaron a Ilarraz. El proceso concluyó al año siguiente, en 1996, con un final curioso: Ilarraz fue hallado culpable –aunque nunca se le tomó declaración—y condenado al destierro.

Pero entonces Karlic decidió que esa investigación fuese enviada a Roma y luego guardada en el archivo secreto de la curia. No dio intervención a la Justicia a pesar de que se estaba frente a la comisión de delitos.

Recién en 2013 intervino la instancia superior al obispado, el Tribunal Eclesiástico de Santa Fe, con jurisdicción sobre Paraná, y lo hizo un año después de que la causa Ilarraz desembocara en la Justicia.

La tramitación de la investigación en ese tribunal quedó a cargo del instructor Alejandro Bovero. En abril de 2013, dos de los entonces querellantes en la causa Ilarraz , Marcelo Baridón –hoy camarista—y Álvaro Piérola –ahora fiscal–, y en “nombre de un cristiano bautizado” –el ex seminarista a quien representaban–, denunciaron a Ilarraz ante el Arzobispado de Paraná, ciñéndose a lo que establece el Código de Derecho Canónico. Le achacaban al cura la violación al sexto mandamiento, “no cometerás actos impuros”. En el escrito, solicitaron la “apertura de causa contra el presbítero Justo José Ilarraz”, y así frenar la prescripción en el ámbito eclesiástico: la falta que se le imputa a Ilarraz prescribe a los 20 años.

Pero ese expediente eclesiástico nunca reportó ningún avance.

Recién en abril de 2016 se tomó conocimiento de otra intervención de la Justicia eclesiástica.

Cuatro de los siete denunciantes de Ilarraz en la Justicia acudieron por una respuesta ante los tribunales eclesiásticos.

Y obtuvieron una primera respuesta: fueron citados a declarar el 2 de mayo de 2016, en la sede del Tribunal Interdiocesano de Santa Fe, aunque el expediente fue tramitado por el Tribunal Interdiocesano de Buenos Aires.

A las víctimas les llegó una comunicación que decía: “En el marco de las actuaciones que se llevan a cabo en el procedimiento de referencia, por mandato del instructor cito a Ud. a prestar declaración como denunciante”. Y al pie tenía la firma del notario, el sacerdote Matías Ezequiel Barutta.

El “procedimiento de referencia” tenía el siguiente encabezado: Congregación para la Doctrina de la Fe. Prot. Nº 305/2012”. Roma tomó conocimiento de la investigación eclesiástica en 1995, y la causa en la Justicia se abrió en 2012.

Pero de esas dos investigaciones las víctimas nunca fueron notificadas de ninguna resolución hasta ahora.

Sin embargo, se sabe que el Vaticano ha reiterado a los obispos la necesidad de actuar con celeridad en las causas de abuso.

La Pontificia Comisión para la Tutela de los Menores, presidida por el cardenal Sean O’Malley, tras la conclusión de su reunión plenaria anual dio a conocer nuevas directrices en su lucha contra el abuso que le hicieron llegar al Papa. Entre las novedades, los miembros de la comisión acordaron prestar más atención a la correspondencia que les llega y “dar respuestas oportunas y personales” puesto que “es un componente de la progresión hacia la transparencia”.

Las víctimas de Ilarraz no encontraron ninguna celeridad.

Más bien, una demora interminable.

Fabián Schunk, uno de los denunciantes de Ilarraz, acudió a declarar al Tribunal Interdiocesano de Santa Fe, pero nunca recibió ninguna comunicación que le diga en qué instancia está la causa ni qué resultados hubo tras su declaración de casi un año atrás.

Todavía sigue en ascuas.