Habla el cura de la misa por Cabezas denunciado por abuso de menores: ¿la Iglesia lo encubrió?
El padre Félix Martínez, que ofició el miércoles un memorial para el fotógrafo asesinado, fue acusado en el escándalo del profesor Fernando Melo Pacheco en 2002 y tuvo una causa en su contra: las víctimas llevaron el reclamo hasta la Iglesia. “Jamás me citaron”, se escuda el sacerdote
Por Federico Fahsbender
Infobae
27 de enero de 2017
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El padre Félix Martínez. (Telam)
Le tocó, por lógica, al cura de la zona. El miércoles último, el padre Félix Alejandro Martínez, a cargo de la parroquia Sagrado Corazón de General Madariaga, se calzó una estola púrpura para ofrecer una misa memorial en la cava de la misma zona en donde fue hallado el cadáver de José Luis Cabezas hace veinte años. Estaban presentes los familiares del fotógrafo, varios de sus colegas, algunos camarógrafos que transmitían la ceremonia. Martínez tenía, por su parte, un pasado complejo.
Había sido el sacerdote del colegio parroquial Nuestra Señora del Camino en Mar del Plata, que fue el escenaro de un escándalo de proporciones nacionales, con una acusación de singular brutalidad: el profesor de educación física del establecimiento, Fernando Melo Pacheco, fue imputado por abusar de niñas de jardín de infantes con juegos grotescos. La "cola del zorro" implicaba un toqueteo en los genitales, "la cucaracha", según el expediente que investigó a Melo Pacheco, un cosquilleo en la vagina de las niñas.
El profesor de educación física fue absuelto en el fallo de primera instancia, algo que fue confirmado en un voto de dos contra uno en la Sala I de Casación bonaerense, con los polémicos jueces Horacio Piombo y Benjamín Sal Llargues, para ser ratificado por la Suprema Corte provincial en 2014. Los tribunales adujeron, por ejemplo, discrepancias entre testimonios de padres y las víctimas mismas. Mientras tanto, Martínez tenía su lugar en la causa.
De acuerdo a fuentes ligadas al expediente a comienzos de la década pasada, una menor declaró en cámara Gesell que Melo Pacheco la habría subido a la sala de música, que allí se encontró con "el hombre de negro". Para los investigadores, sería un hombre con sotana, el padre Félix Martínez.
Según estas mismas fuentes, se abrió una causa en la Justicia marplatense luego de esta declaración, con una instrucción preliminar para investigar al cura, algo que quedó en nada, ponchado en el tiempo: el expediente fue cerrado por prescripción. Nunca fue ni siquiera indagado.
La causa fue mencionada como "en trámite" en la sentencia absolutoria de primera instancia de Melo Pacheco del 27 de marzo de 2006 firmada por los magistrados Deleonardis, Viñas y Martinelli. Causa o no en su contra, el sacerdote enfrentó cuestionamientos en el juicio de por qué habría permitido los abusos que estaban claramente en sus narices. No sirvió de mucho: el sacerdote permaneció en el colegio del escándalo hasta 2012, diez años más tras las acusaciones en su contra.
Mientras tanto, quienes habrían sido sus víctimas lo vieron en la televisión, oficiando el rito para recordar al fotógrafo asesinado: sus padres hablaron a los medios. Así, Martínez volvió a la luz pública. No huyó a ningún lado. Infobae lo contactó al número fijo de su parroquia. Su planteo es, por así decirlo, legalista. El cura se escuda en años de fallos judiciales para defenderse
"Recién me voy enterando que está saliendo todo esto, me llamaron de la radio local. Primero que nada, la causa en mi contra prescribió. Y el tema no es conmigo, les diría que revisen. Yo nunca fui imputado", asegura Martínez.
-Padre, se abrió una investigación en su contra hace diez años. Hubo una instrucción preliminar, según fuentes.
-Mire, yo estuve denunciado con 47 personas. A medida que pasaba el juicio fueron desestimadas la mayoría de las denuncias por lo disparatadas que eran, en caso del profesor. Después se recurrió a todas las instancias jurídicas hasta Suprema Corte; en todas fue absuelto.
-Usted habla del profesor Melo Pacheco. Por su parte, aquí tengo en la sentencia de primera instancia se menciona una causa en su contra.
-Sí, se abre. Pero en el desarrollo del juicio se desestiman las denuncias y nunca fui citado, jamás. Nunca estuve imputado. Cuando se termina el juicio se determina que hubo dos abusos intrafamiliares.
-¿Hace cuántos años que está en la parroquia Sagrado Corazón de Madariaga?
-¿Y cuándo dejó el colegio Nuestra Señora del Camino?
-O sea, se quedó en el colegio diez años más tras las denuncias.
Las presuntas víctimas del padre Martínez habrían sido muchas más que una. En julio de 2015, el abogado mendocino Carlos Lombardi entregó un petitorio al Obispado marplatense, a cargo de monseñor Alejandro Marino. Lombardi representaba a un grupo de seis familias que buscaban saber si Martínez, más allá de la Justicia del Estado, había sido investigado canónicamente bajo la ley interna de la Iglesia. Hacerlo, o al menos disparar la orden, hubiese correspondido a monseñor José María Arancedo, entonces obispo marplatense, el inmediato superior de Martínez y hoy presidente de la Conferencia Episcopal Argentina. Las víctimas, en este caso, serían doce en total. Para Lombardi y las familias el trámite fue por lo menos frustrante.
El abogado asegura a Infobae: "A pesar del sobreseimiento de Melo Pacheco, la Iglesia debería haber iniciado un procedimiento interno, fuese Arancedo o su sucesor, monseñor Puiggari. Hubo permanentes dilaciones en el tiempo, solamente tuvimos un contacto con la secretaría del Obispo. La secretaría del obispo le comunicó a una de las madres que prefería una reunión personal, pero bueno, siempre había una excusa, que estaba de viaje, etcétera. Al final nunca tuvimos una respuesta formal".
Consultado por este punto, Martínez parece saber mucho más sobre el resultado de su causa canónica que el abogado Lombardi: según él, hubo una presentación sobre su caso en el Vaticano.
"Lo llevó monseñor Puiggari, que lleva toda la carpeta de los juicios. El Vaticano lo pide primero en 2006, simplemente porque estaba denunciado un sacerdote de la Iglesia. El Vaticano comprueba que no hay nada en las sentencias, que estaban concluidas, que no tuve ninguna acusación. Nunca fui citado ni llamado", dice.
Y lo que dice Martínez es inquietante, si se lo toma como tal. Si efectivamente el Vaticano basó su investigación en apenas leer los fallos de la Justicia argentina, entonces ni siquiera investigó al cura de forma interna: apenas leyó un montón de papeles sin preguntarle a nadie, ni siquiera a Martínez mismo.
Casos de abuso más graves que llegaron a procesamientos como el del cura entrerriano Justo Ilarraza, señalado por atacar serialmente a varios seminaristas, valieron al menos citaciones a los denunciantes en despachos eclesiásticos. De todas formas, el obispo Estanislao Karlic, hoy cardenal, despachó a un Ilarraz a un freezer interesante: estudiar filosofía en Roma. Años después, Ilarraz reaparecería en una parroquia en las afueras de San Miguel de Tucumán.
Martínez asegura, por su parte, que los padres fueron recibidos.
Según el doctor Carlos Lombardi, hubo una propuesta de reunión que jamás fue formalizada.
-Monseñor Puiggari se reunió con los padres el primer día que tomó posesión del obispado al asumir. Fue muy violenta, hubo gritos. A mí me entraron en la parroquia, con situaciones violentas.
-Daba misa y entraban padres a gritarme, la gente los sacaba, pasó dos o tres veces.
-Se ve que tuvo siempre a la congregación de su lado. En su cuenta de Facebook le dedican mensajes afectuosos.
-Siempre me apoyaron, gracias a Dios.
-¿Cómo era su relación con Melo Pacheco?
-Yo no tenía autoridad en el colegio, era el cura que oficiaba misa en el colegio parroquial. Eran chicos, celebraba ritos muy sencillos.
-Siempre sostuvo su inocencia.
-Sí, porque no hubo ninguna situación.
-¿Lo llamó hoy el obispo Marino?
-Sí, me llamó luego de la publicación de la noticia. Le dije que era una difamación, que no voy a contestarla.
-Sí, es mi obispo y tengo todo el apoyo frente a esta calumnia.
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