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Quienés son los curas presos por violaciones a niños sordos en Lujan por Ricardo Montacuto http://www.mendozapost.com/nota/50178-quienes-son-los-curas-presos-por-violaciones-a-ninos-sordos-en-lujan/ Violaciones. Abusos espantosos con acceso carnal. Sodomía en los baños y las habitaciones. Sexo oral con niños muy probablemente durante años, en la soledad y la oscuridad de los fines de semana -especialmente- o cuando menos gente había en la casa. Las historias de chicos abusados en el Instituto Antonio Próvolo para Niños Sordos de Mendoza pueden ser decenas, y apenas si se conoce la punta del iceberg. Casos evitables, además: Uno de los curas detenidos arrastra denuncias de abuso sexual a niños sordos desde 1984, en Verona. Y su caso fue presentado por una red de víctimas en Washington, el año pasado. Sin embargo, el cura estaba trabajando en Mendoza, con decenas de niños y niñas indefensos y a su disposición. La historia, espantosa, fue develada por el POST el sábado por la noche, y trata de abusos sexuales a niños y niñas sordo mudos, internos del Instituto Próvolo, un colegio católico con internado ubicado en Luján de Cuyo. Los imputados por ahora son tres. Un cura italiano de 82 años de edad radicado en la Argentina, llamado Nicola Corradi (“El padre Nicolás”), otro sacerdote de 56 años llamado Horacio Corbacho, y un tercer individuo del que aún no está claro si es interno o empleado del Instituto, pero que también es una persona hipoacúsica. Los tres hombres están detenidos preventivamente en una comisaría de Carrodilla, donde el fiscal Fabricio Sidoti -el mismo del caso Ayelén Arroyo- está tomando las declaraciones. Podría haber un cuarto detenido, empleado también del Instituto, aunque este dato no fue confirmado.
El instituto Próvolo, en Luján de Cuyo. Las vejaciones sexuales intensas y repetidas en el tiempo a niños sordo mudos internados en el Instituto Próvolo encierran en el medio algunas historias de valentía. De quienes vencieron el miedo para denunciar el horror que ocurría tras las paredes del colegio religioso. Una ex alumna mayor de edad -su nombre de fantasía será “Ayelén” a los efectos de esta nota- fue la que rompió el cerco la semana pasada, en el ámbito menos pensado de todos, la Legislatura de Mendoza. “Había una actividad pública en la Legislatura, y participaban miembros de una asociación de personas hipoacúsicas. Una de ellas se acercó y nos pidió ayuda. Afortunadamente contamos con la intérprete oficial de la Legislatura, que con el lenguaje de señas nos facilitó la comunicación con estas personas” contó la senadora Daniela García, UCR Cambia Mendoza. Con la ayuda de la intérprete, pudieron dar con Ayelén, la testigo de identidad reservada que dio los primeros pasos a esta investigación. Ver además: El Arzobispado de Mendoza reconoce los abusos de curas en el Instituto de Luján La senadora García y la vicegobernadora Laura Montero fueron quienes dieron a Ayelén contención, protección y un “puente” para declarar, armando el contacto con el Procurador General Alejandro Gullé. Y por jurisdicción, la causa cayó en la fiscalía de Fabricio Sidoti, el fiscal “en la picota” por la muerte de Ayelén Arroyo. Sidoti no durmió el viernes a la noche después de tomar las primeras declaraciones y de haber detenido a los dos curas del Instituto y al tercer sospechoso. Y el sábado durmió sólo dos horas. Está a tiempo completo con el caso para evitar dispersión de posibles testigos. Según pudo saber este diario, varias personas se comunicaron para ofrecer testimonios. Algunos serían padres de niños víctimas de los sacerdotes acusados de pedofilia que vivían en el Instituto Antonio Próvolo. El testimonio de Ayelén “Ayelén” es una ex alumna del colegio católico en el que violaron a niños y niñas hipoacúsicos durante años. Egresó de la casa seis años atrás, a los 18 años, y ahora es mayor de edad. Ella no fue víctima directa de los abusos, pero fue testigo de violaciones. Con su testimonio se pudo llegar a una de las víctimas, un joven que sí fue sujeto sexual de los sacerdotes y del tercer detenido. “Había de todo… violaciones… sexo oral… el testimonio es terrible” dijo una fuente. El testimonio de “Ayelén” es reservado, sobre todo porque hay secreto de sumario. Y porque ella lo pidió así. Hija de una familia de “buen pasar”, ni siquiera sus padres saben que ha decidido testificar en este caso. Lo que contó el viernes al mediodía con la ayuda de las intérpretes, junto al testimonio del joven víctima, fue suficiente para encerrar a los dos curas y a la tercera persona, sobre la que hay muchas dudas respecto de su rol. Aunque un informe dice que es imputable, se cree que uno o los dos sacerdotes presos le daban indicaciones sobre qué hacerles a los niños. Los tres quedaron acusados y ninguno de ellos ha declarado aún. Los curas acusados de pedofilia seleccionaron bien a sus víctimas. El Instituto Antonio Próvolo, que tiene sedes en La Plata y depende de “La Compañía de las Hermanas de María”, una orden religiosa dedicada a los niños sordomudos, funciona como un colegio con internado. Los internos en general son chicos de otras provincias -especialmente del norte argentino- o de zonas alejadas del Gran Mendoza. “Violaron a niños y niñas que no se podían defender por sí mismos, y que además tenían lejos a sus padres” dijo una fuente. La causa recién empieza. El Instituto está a cargo de una directora, y ya se sabe que un abogado se presentó a pedir prisión domiciliaria para el sacerdote Nicola Corradi, de 82 años. Muy probablemente el fiscal Sidoti se la otorgue, pero no podrá ser en el Instituto donde probablemente hay víctimas aún. Hoy lunes, a pesar del feriado habrá rondas de testigos. Ya declararon empleados del Instituto y luego lo harán docentes, no docentes, y otras personas relacionadas a la casa. También declararán personas que conocieron la noticia a través de nuestra publicación en el POST, y que ofrecerán su testimonio. Qué dice la Iglesia El caso es realmente un horror. La Iglesia Católica ha perdido cientos de millones de dólares en indemnizar a las víctimas de los curas durante años, y es un problema recurrente de cada papa de turno. Habrá que ver qué hace ahora el papa Francisco, argentino, con este Instituto y los curas presos acusados de pedofilia, es decir, violación de menores en el más crudo sentido posible. Por lo pronto, el Arzobispado de Mendoza envió ayer a los medios un comunicado, en el que tratan de ser cercanos a las víctimas, pero no reconocen culpabilidad alguna. Sí, la existencia de los hechos. “Nos entristecen e indignan dichos sucesos. Manifestamos nuestra solidaridad y cercanía con las víctimas de los hechos objeto de la denuncia” dice. “Apenas conocida la noticia de estos sucesos fueron informadas las legítimas autoridades del Instituto (que es de Derecho Pontificio), quienes deberán iniciar el debido proceso canónico establecido por la Iglesia para estos delitos denunciados” aseguran. “En cuanto esté al alcance de este Arzobispado, se brindará toda la cooperación que corresponda a las autoridades judiciales para el pronto esclarecimiento de los hechos denunciados” dijeron. Un detalle, que no es menor. Al primer llamado de una autoridad judicial, en el arzobispado de Mendoza habrían dicho que no tenían jurisdicción sobre el Instituto Antonio Próvolo. Ahora las autoridades eclesiales de Mendoza deberán explicar por qué vivía en un internado con niños, un cura que arrastraba denuncias de pedofilia desde 1984. Menuda tarea para el obispo Franzini. El “Padre Nicolás” Nicola Bruno Corradi tiene 82 años. Ya había sido acusado de abusar de niños sordos entre 1955 y 1984, en el Instituto Próvolo de Verona (Italia). Una sobreviviente de víctimas de abusos de curas pederastas, Julieta Añazco, presentó su caso junto a los de otros diez curas argentinos acusados de pedofilia, en la Conferencia Internacional de la Red de Sobrevivientes de Abuso Eclesiástico realizada en julio del año pasado en Washington. Ese informe tiene datos sobre el “Padre Nicolás”, que fueron presentados de la siguiente manera: “Nicolás Bruno Corradi. Acusado de abusar, entre 1955 y 1984, en el Instituto Próvolo, de Verona (Italia), para niños y jóvenes sordomudos. Ante las autoridades eclesiásticas fueron presentadas denuncias de violaciones, masturbaciones obligadas por curas y relaciones de sodomía cometidas en los dormitorios. Los curas involucrados fueron aproximadamente 130. Algunos de ellos fueron trasladados a la Argentina, particularmente a La Plata y Mendoza. En esta última ciudad recaló el cura Corradi, actualmente octogenario, quien cometió abuso de poder contra docentes y alumnos. Extraoficialmente se sabe que hubo abuso sexual contra algunos alumnos. Cuando reclamaron los padres se les “compró” el silencio con indemnizaciones” dice el informe. Es realmente lapidario. Ahora, el “Padre Nicolás” está preso en Carrodilla. Las principales acusaciones apuntarían a él. En la web además hay varias publicaciones fechadas en 1984, en Verona, donde ex alumnos de la sede original del Instituto -unos 60- denunciaron los abusos. El “Padre Horacio” Horacio Hugo Corbacho, el otro sacerdote detenido, es profesor de Teología y oriundo de Castelar, Buenos Aires, donde nació el 8 de abril de 1960. Está en Mendoza desde 2001. La comunidad del colegio le conoce como “El Padre Horacio”. En una antigua publicación, la agencia católica de noticias AICA dijo de Corbacho “es el primer sacerdote argentino de la Compañía de María para la Educación de los Sordomudos”, anunciando la primera misa del cura en La Plata. Una curiosidad: Corbacho fue ordenado sacerdote por José María Arancibia, cuando era arzobispo de Mendoza. La ceremonia se hizo en el Instituto Antonio Próvolo de Luján de Cuyo. El mismo en el que violaron a decenas de niños.
El cura Horacio Corbacho, detenido. En el Instituto no hay aún voces oficiales. Se sabe que hay una directora a cargo, y que hay una verdadera conmoción por la detención de los dos curas. También, que algunos familiares de niños alumnos han pedido tomar contacto con el fiscal. Esta historia de horror, de muchos años, recién comienza a conocerse. Las redes sociales reproducen la información a toda velocidad. De hecho, una lectora del POST contó que había hecho una denuncia años atrás en la Fiscalía 11 de Luján. La mujer es madre de un ex alumno del colegio. Ayer, a pedido de este diario, autoridades judiciales rastrearon y encontraron el expediente, radicado en la fiscalía de Mercedes Moya. La denuncia tiene años. Estos días serán intensos en declaraciones y movimiento judicial. El cura Corradi, el más anciano, será trasladado a algún domicilio particular. Y el “Padre Horacio” podría ser enviado a la cárcel, mientras se suman testimonios de lo que posiblemente sea la historia más terrible conocida en la Mendoza de los últimos años.
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