Conmoción en Catamarca.
Crece el escandal por el cura acusado de abusar de una chica
La familia de la víctima pedirá que se agrave la imputación y denunció a otros dos sacerdotes por presunta intimidación.
Por Arel Arrieta
Clarín
29/10/2015
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El Ancasti Acusado. Juan de Dios Gutiérrez es cura desde hace un año/El Ancasti
Los abogados de la familia de la adolescente de 16 años que denunció por abuso a un sacerdote de la ciudad de Belén –al oeste de la capital de Catamarca– pedirán a la Justicia que se agrave la imputación contra el sacerdote y anticiparon que pedirán al fiscal que investiga el caso que se tome declaración testimonial a la joven víctima de los abusos del sacerdote. Mañana habrá una marcha en Belén para pedir justicia por este caso.
Los abogados abrieron así el fuego de la conferencia de prensa que realizaron en el Hotel de Turismo de la cabecera departamental belicha, una ciudad convulsionada por el escándalo originado por la gravísima acusación que se hizo contra Juan de Dios Gutiérrez, un joven sacerdote que se ordenó hace exactamente un año en Catamarca y que es oriundo de la misma ciudad donde ahora está detenido.
Además, el martes a la noche se radicó una denuncia en la comisaría departamental en la que los padres de la adolescente acusan a dos sacerdotes del clero catamarqueño, –uno de ellos con un cargo muy alto dentro del Obispado provincial– por un supuesto “tráfico de influencias”. Ambos se presentaron en la casa de la familia de la víctima, y sin que hubiera ningún adulto en la vivienda, le entregaron una carta del obispo Luis Urbanc a la hermana de la adolescente que fue denunció los abusos. El mensaje fue interpretado por la familia como un “apriete” puesto que se mencionaba que la víctima “debía decir la verdad de lo ocurrido”, que recibiría la protección de parte de la Iglesia catamarqueña, pero que debía tener cuidado con las mentiras que la podían poner frente a un castigo divino y al enojo de Dios.
Ayer al mediodía, el fiscal de Belén, Jorge Flores, intentó indagar a Gutiérrez, que fue asistido por el abogado Guillermo Narváez. El joven sacerdote se abstuvo de declarar. Los abogados de la familia confirmaron que el sacerdote está acusado por tres delitos: abuso sexual simple agravado por ser ministro de un culto, abuso sexual gravemente ultrajante, agravado también y finalmente, corrupción de menores agravado por la guarda. Sin embargo, ellos pedirán que en el segundo caso, se lo acuse por abuso sexual con acceso carnal por cualquier vía agravado por su condición de sacerdote. Esta figura tiene una pena máxima de hasta 20 años de prisión.
La detención del sacerdote de la parroquia Nuestra Señora de Belén se produjo el martes al mediodía, cuando ya se habían hecho públicas las acusaciones en su contra por parte de la madre y de la tía de la adolescente, que el año pasado comenzó a concurrir al grupo Jóvenes Unidos por Amor a Cristo, que conducía Gutiérrez luego de haber sido ordenado sacerdote.
Los cambios de humor y de conducta en la víctima, que incluyó cuadros depresivos, intentos de suicidios y escapes de la casa, fueron advertidos por los padres, que empezaron a indagar qué ocurría.
Una crisis de nervios que sufrió la adolescente mientras estaba en la escuela y por la que tuvo que ser internada, les permitió a los padres acceder a su cuenta de Facebook y allí vieron el intercambio de mensajes que tuvo con el sacerdote.
Lo que encontraron fue tremendo. Los chats se referían a los encuentros sexuales que mantuvieron el cura y la adolescente, algunos de ellos supuestamente ocurridos en la misma parroquia, y otros –según dijo la familia- en un hipódromo que hay hacia el sur de la cabecera departamental supuestamente sucedido el 21 de septiembre último.
Miles de mensajes fueron visualizados en la fiscalía belicha e incorporados como prueba fundamental para sostener la acusación contra el cura.
“Le metió los dedos en la vagina, la hizo sentar sobre su miembro”, describió la madre de la adolescente en diálogo con los medios de prensa, además de señalar que “le tocaba los pechos, la espalda, y lo hacía dentro de la parroquia”.
Durante la conferencia de prensa, los abogados Pablo Vera Aráoz y Silvia Barrientos, que fueron acompañados por la familia de la adolescente, dejaron expresamente señalado que la familia “no busca ningún tipo de compensación económica por lo ocurrido, sino simplemente que se haga Justicia”. Fueron acompañados por la madre de un adolescente del departamento Andalgalá, que también denunció a un sacerdote, Renato Rasguido, por supuestos abusos cometidos contra el chico. Esta causa salió de la parálisis en la que se encontraba y se reiteraron los pedidos de algunas pruebas para añadirlos al expediente en el que se trata de establecer la responsabilidad de Rasguido.
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