| Las Presiones Por Las Que El Obispo De Osorno Juan Barros No Renuncia
By Fernando Seymour
Diario U Chile
September 23, 2015
http://radio.uchile.cl/2015/09/23/las-presiones-por-las-que-el-obispo-de-osorno-juan-barros-no-renuncia
A las criticas por su participacion y encubrimiento en el caso Karadima, se suman sus persecuciones a los sacerdotes de esa ciudad. Todo ello, amparado por la Conferencia Episcopal, donde varios obispos estarian presionando para evitar la que podria ser la primera de varias renuncias que se sucederian.
A sus 59 anos Juan Barros Madrid no esta tranquilo. Desde que fuera nombrado por el Vaticano como Obispo de la Diocesis de Osorno, en enero pasado, las criticas y cuestionamientos en su contra no han cesado. Y no solo desde el ambito laico. Tambien desde el propio clero.
Obispo castrense entre 2004 y 2015, donde incluso fue investido como general de brigada del Ejercito, es uno de los tantos discipulos de Fernando Karadima. De hecho, integrante de su circulo mas cercano. Por lo mismo, no ha dejado de ser sindicado como uno de los tantos religiosos involucrados en casos de abusos sexuales encubiertos.
La resistencia mayoritaria de varios sectores de la ciudadania la ha vivido desde que asumio su cargo el 21 de marzo. “Le reprochamos su vinculacion con Karadima, que consta en expediente de la justicia penal, y tambien la insostenibilidad de su permanencia dentro de la Diocesis”, explica Juan Carlos Claret, vocero de la Organizacion de Laicos y Laicas de Osorno.
En conversacion con el Diario Electronico de la Universidad de Chile, asegura que se vienen manifestando hace nueve meses, desde que se enteraron de su nombramiento como obispo de esa ciudad.
De hecho, el reciente Te Deum del 18 de septiembre fue muy diferente al de anos anteriores. A la baja asistencia se sumaron protestas contra el obispo. “Fue una expresion mas de la logica que ha imperado desde que Juan Barros asumio”.
Segun explica Claret, en la ceremonia solo participaron seis de los 35 sacerdotes de la Diocesis local. “En Osorno, si alguien lo esta pasando mal, son los sacerdotes. Han sufrido hostigamiento y persecucion por parte del Obispo, algo muy similar a la extorsion”, revela con preocupacion.
Asimismo, asegura que “cuando se habla de las cercanias de Juan Barros con Fernando Karadima, vemos que se estan repitiendo patrones, no de abuso sexual, pero si respecto de abusos de autoridad y de poder. Y un contexto violento es el preambulo de abusos aun mayores. De ahi nuestra precaucion”.
En cuanto al ambito civil, el nivel de participacion de las autoridades en el Te Deum tambien fue bajo: solo tres de quince invitados. “El rechazo al obispo Juan Barros no es solamente de la comunidad catolica. Es un problema ciudadano que ha trascendido las fronteras de la Iglesia. Y cuando los templos se vacian, es sintoma de algo mayor”.
Divisiones, persecuciones y amenazas
Desde el 21 de marzo, cuando asumio como obispo, no hay dudas de que se ha generado una division entre los laicos de Osorno. “Por una parte, lo designa el Papa, pero por otra esta documentada su participacion en ilicitos, a traves del encubrimiento. Entonces, los fieles no le reconocen su legitimidad”, aclara el vocero de la Organizacion de Laicos y Laicas de esa ciudad.
De hecho, desafia a que si bien el religioso puede gobernar por decreto, en ningun caso tiene la autoridad para imponer su voluntad sobre la ciudadania.
“Tal como lo ha hecho con el clero, ha intentado imponer su voluntad e intervenido comunidades completas o parroquias con las Fuerzas Armadas. Tenemos un obispo que tiene miedo de mostrarse ante la comunidad y se esconde detras de las Fuerzas Especiales de Carabineros”.
Y agrega: “La situacion de desconfianza hacia el laicado es bastante intensa. Lo que vimos en el Te Deum es una demostracion mas de lo que han sido sus actitudes en los ultimos seis meses, desde que asumio”.
Acusa que el obispo no participa en multiples actividades protocolares y de caracter ciudadano. “En la logica de la Union Sacerdotal, donde se formo Juan Barros, existe una logica de poder donde lo religioso se impone sobre lo publico”.
De hecho, denuncia que el cuestionado obispo constantemente visita los domicilios particulares de los sacerdotes con el objetivo de que le obedezcan sus ordenes. Sin embargo, aquellos no le reconocen su autoridad, lo que genera un complejo conflicto canonico. Por ello –asegura– no pierde oportunidad para imponerse por la fuerza.
Pero no es el unico problema. “El obispo les miente y genera conflictos entre ellos. Por eso, hasta hoy, ha declinado reunirse con el clero como colegialidad. Y todas las reuniones a las que lo han citado los sacerdotes han fracasado, pues no llega, porque tiene miedo de encararlos”.
A eso se suman las peticiones de Barros para que los sacerdotes se vayan de Osorno, asi como las amenazas de acusarlos incluso al Papa Francisco.
Precisamente, segun Claret, el Pontifice esta informado de todo, pero desde una sola vision. “Las personas que le deben lealtad parecen no ser muy leales, porque le entregan solo una parte de la informacion. Entonces el Papa se equivoca, emitiendo juicios incorrectos con la informacion escueta que le entrega el Nuncio Apostolico”.
Se trata de monsenor Ivo Scapolo, a quien incluso el clero de la Diocesis de Osorno, liderado por el sacerdote Peter Kliegel, ha enviado cartas pidiendo explicaciones respecto del nombramiento del obispo Barros, al mismo tiempo que exigiendo su renuncia.
El propio Claret confirma que han emplazado publicamente a Scapolo para que responda por que, finalmente, se ha negado a enviar al Vaticano las cartas entregadas por el clero y por los laicos. “Tenemos un Nuncio que no solamente ha actuado de manera inoperante respecto de la situacion de Barros, sino que ademas ha faltado a su deber, lo que consideramos una causal para que cese en sus funciones”.
La renuncia que generaria la debacle
Desde la Organizacion de Laicos y Laicas de Osorno reconocen que cada vez que han conversado con el obispo Barros se han dado cuenta que su permanencia tambien esta siendo perjudicial para el. “Ha bajado 30 kilos, esta canoso y se le ve deprimido, porque vemos que las condiciones en las que esta tampoco son buenas para el”.
Pero su permanencia no solo depende del propio Barros. Tambien de las presiones que esta recibiendo de otros obispos. ?Por que, entonces, existe una cerrada defensa dentro de la Conferencia Episcopal para que se mantenga en su puesto?
La conclusion de Claret y los demas integrantes de la organizacion es decidora. “Si el obispo Barros renuncia se genera un precedente para que inmediatamente renuncien cinco obispos a la Conferencia Episcopal. Obispos que estan involucrados en otros casos, paralelos al de Karadima, como los de los sacerdotes Diego Ossa o Rimsky Rojas”.
Por ello denuncia que “cuando la jerarquia de la Iglesia mantiene un privilegio y eso corre riesgos, claramente los privilegiados no querran dejarlo. Y eso es lo que tenemos hoy. Precisamente contra eso estamos luchando, contra un poder revestido de religion”.
Pero sus dardos no solo apuntan a los cuestionados cardenales Ricardo Ezzati, Arzobispo de Santiago, y Francisco Javier Errazuriz, su antecesor. Tambien contra los arzobispos de La Serena, Rene Rebolledo, y de Puerto Montt, Cristian Caro.
En el caso de Rebolledo, ex obispo de Osorno, las criticas son tajantes. “Ha tenido actitudes bastantes deshonestas hacia nosotros, los laicos, sus ex laicos, asi como a su ex clero”. Lo mismo para Caro, tambien vinculado a la ciudad. “Ambos han incitado a Barros a mantenerse, a pesar de su sufrimiento. Y la forma en que han hecho prevalecer su voluntad sobre el es casi criminal”, revela Claret.
A ellos agrega la situacion del sacerdote Diego Ossa, instalado en la comuna de Lo Prado, en Santiago, quien fue formado por Fernando Karadima e integrante de su circulo mas cercano. “En Santiago hay 50 sacerdotes que potencialmente podrian repetir los mismos patrones de abusos de poder y de autoridad que vemos hoy en Juan Barros”.
Y tampoco se queda ahi. “En ese sentido, la Iglesia tiene una deuda con esos sacerdotes. Si es asi, tambien tendrian que dar explicaciones el obispo de Arica, Moises Atisha, y los obispos auxiliares de Santiago Fernando Ramos y Galo Fernandez”.
Si bien dentro de la Conferencia Episcopal existen obispos que se oponen a Juan Barros, a quien incluso le han pedido su renuncia, como el obispo de Aysen, Luigi Infanti, una o dos voces entre 30 pareciera que no son suficientes para ser escuchadas. “Por eso la importancia de que los obispos sinceren sus posiciones”, exige Juan Carlos Claret.
Como vocero de la Organizacion de Laicos y Laicas de Osorno, su inquietud es al menos preocupante. “Da la sensacion que el caso Karadima no es una historia, sino que un hecho que sigue latente en la Conferencia Episcopal. Que los obispos no son ecuanimes y que para ser obispo se requiere hacer pactos de silencio y una defensa corporativa”.
“Y mientras los obispos se preocupan de mantener su imagen, la pregunta es ?quien se preocupa de la verdadera Iglesia, que es la que no tiene poder y que esta en la calle? Al parecer esa Iglesia a nadie le importa”, concluye.
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