Ilarraz fue citado para el 15 de mayo para ampliar su indagatoria

La Voz
May 4, 2015

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- Será la tercera vez que el cura acuda a Tribunales; El 6 de abril se presentó a la citación para la pericia psicológica, pero sólo para decir que no la haría; el 21, fue la indagatoria, en la que no quiso declarar y se proclamó inocente; Ahora, volverá el viernes 15, esta vez por propia voluntad; Así, consigue aplazar una definición en torno a su situación procesal

El cura Justo José Ilarraz deberá comparecer en Tribunales por segunda vez, y será esta vez por propia voluntad.

A petición de la defensa de Ilarraz, la titular del Juzgado de Transición Nº 2, Susana María Paola Firpo, fijó para el viernes 15 la fecha para la ampliación de la indagatoria del cura.

Aunque la magistrada se mostró renuente a poner día y hora para la realización de la pericia psiquiátrica y psicológica de Ilarraz en el marco de la causa que investiga los abusos a menores ocurridos en el Seminario Arquidiocesano Nuestra Señora del Cenáculo, entre 1985 y 1993, período en el que el cura se desempeñó como prefecto de disciplina y director espiritual.

La jueza Firpo había dispuesto que Ilarraz se sometiera a esa pericia los días 6, 7 y 8 de abril, pero el lunes 6 el cura viajó desde Tucumán, lugar donde reside, a Paraná, y eludiendo la guardia periodística que lo esperaba, ingresó a Tribunales por un acceso no usual y se presentó ante el equipo forense del Juzgado de Familia Nº 1 para pedir que el estudio fuera pospuesto.

Ilarraz pidió que la pericia fuera aplazada para después de la indagatoria. La indagatoria ya tuvo lugar el 21 de abril, y en esa oportunidad el cura se negó a declarar y sólo formuló su inocencia y tildó de “falsas” las denuncias en su contra.

Y la pericia, así, quedó sin fecha: la jueza no está dispuesta todavía a realizarla, por cuanto entiende que es un derecho del acusado de los abusos de realizarla o no.

ESCENARIO. Ilarraz está acusado de graves hechos de abusos ocurridos en el Seminario de Paraná, donde entre mediados de la década de 1980 y principios de la década de 1990 fue una figura clave y de mucha injerencia.

El exarzobispo de Paraná, Estanislao Karlic, con quien convivió Ilarraz en la residencia episcopal de la Costanera Alta no bien se ordenó de cura, en 1984, lo nombró en marzo de 1985 prefecto de disciplina, a cargo de los dos primeros años del Seminario Menor, una secundaria orientada al sacerdocio, donde es corriente que los estudiantes del interior de la provincia cursen en calidad de pupilos.

Pero Ilarraz no sólo tuvo protagonismo en el Seminario: también fue fundador y primer administrador de la librería San Francisco Javier, que funciona al lado de la Iglesia Catedral.

Según cuentan fuentes de la curia, en 1984 Ilarraz convenció a las autoridades eclesiásticas de fundar una librería, San Francisco Javier. También, logró que en 1989 lo designaran en el cargo de administrador del Seminario Arquidiocesano, función que retuvo hasta 1992.

Pero el cargo en el que más tiempo duró fue en el de gerente de la Librería San Francisco Javier: de 1984 hasta 1994.

Recién presentó su renuncia formal el 8 de julio de 1994.

Una situación rarísima: para entonces, ya no estaba en Paraná, sino en Roma.

El 6 de agosto de 1993 Karlic firmó el decreto autorizando su viaje al Vaticano, donde Ilarraz fue a cursar la Licenciatura en Misionología en la Pontificia Universidad Urbaniana.

Mientras estaba en Roma, en 1995 Karlic ordenó una investigación por las primeras denuncias de las víctimas de los abusos. Al año siguiente, concluyó aplicándole una sanción simbólica: lo condenó al destierro y le prohibió volver a pisar la diócesis.

CITACIONES. En septiembre de 1992, la Justicia abrió una investigación de oficio en la que ya se han presentado siete víctimas denunciándolo a Ilarraz por esos abusos.

Después de dos largos años, Ilarraz se presentó en Tribunales recién el 21 de abril, pero no dijo nada: se negó a declarar. Mientras, sus defensores, Juan Ángel Fornerón y Jorge Muñoz, han procurado, sin éxito, conseguir que los delitos se declaren prescriptos.

El lunes último, la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ), en fallo dividido, rechazó la vía de la prescripción. Los jueces Carlos Chiara Díaz y Claudia Mizawak resolvieron que el caso debía ser investigado, opinión que no compartió el vocal Daniel Carubia.

Ese mismo lunes, uno de los defensores de Ilarraz, Fornerón, se presentó ante la jueza Firpo y pidió que sea fijada fecha para ampliar la indagatoria, un ardid judicial para postergar la definición de la magistrada en torno a la situación procesal del cura. Aunque también presentaron unas cartas que las víctimas le habrían enviado al cura, prueba que la defensa entiende como favorable a su defendido.

La resolución de la jueza fue entonces curiosa: citó por tercera vez a Tribunales a un grupo de tres víctimas para que reconozcan como propias esas cartas. El jueves, la primera de las tres víctimas estuvo largo tiempo en el despacho de Firpo, reconoció la carta como propia pero no pudo recordar de qué fecha databa.

Ese día, la víctima presentó un certificado que da cuenta de la afectación que le produce volver a recordar los hechos ocurridos en el Seminario, aunque Firpo, contaron fuentes de la causa, no se inmutó: insistió en que citará a las víctimas cuantas veces crea conveniente porque se trata de “querellantes”.

“No están cuidando a las víctimas. Las están revictimizando”, entendió una fuente.

Y como dato que reforzaría esa hipótesis, contó, la jueza tampoco quiso poner fecha a la pericia psicológica del cura, a pesar de los pedidos de la querella.

Indefinición

El trámite de citación a las víctimas de la causa Ilarraz continuará este miércoles y seguirá el 12 del actual.

La jueza Susana María Paola Firpo, que tiene en sus manos la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”, resolvió que tres víctimas concurran a su despacho a reconocer como propias cartas que el cura presentó como pruebas a su favor, un elemento que ya había sido descrito en los distintos testimonios.

Las víctimas han relatado que Ilarraz siguió en contacto con los jóvenes aún cuando ya se habían alejado del Seminario. Incluso, visitaba a sus familias, quienes nunca supieron de los abusos ocurridos. Ni siquiera fueron puestas al tanto de la investigación que ordenó la Iglesia en 1995.

También enviaba postales e imágenes religiosas desde Roma, adonde permaneció entre 1993 y 1996.
Después de concluido el trámite de reconocimiento de las cartas que presentó Ilarraz, seguirá la ampliación de la indagatoria, el 15, y luego se espera que la jueza defina la situación procesal del cura.

Aunque es incierto cuándo decidirá la magistrada la realización de la pericia a la que debe someterse el cura. Los abogados querellantes, Rosario Romero y Marcos Rodríguez Allende, reclamaron que le ponga fecha, posición que fue compartida por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull.

Pero la jueza tiene sus propios criterios. El pasado 21 de abril, después de recibir a Ilarraz en su despacho, declaró a la prensa que podía disponer hacer nuevamente la pericia, pero Ilarraz “también puede no hacerla, y está en todo su derecho, tendrá que expresar que se niega, lo cual no es un elemento en contra o en perjuicio”.

Pero decidió que no tomará una medida de ese tipo. La pericia no tiene fecha.