Ilarraz se defiende mostrando cartas enviadas por las víctimas

La Voz
April 29, 2015

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- Tres víctimas deberán volver, por tercera vez, a la Justicia, ahora para certificar la veracidad de cartas supuestamente enviadas al cura Ilarraz, un elemento que presentó la defensa; La querella y el fiscal entienden que constituyen una prueba más de su culpabilidad en los abusos; Ayer pidieron el procesamiento

El cura Justo José Ilarraz decidió responder a su modo frente a las siete denuncias que pesan en su contra por abusos cometidos contra menores en el Seminario Arqudiocesano de Paraná: presentó en la Justicia cartas que supuestamente le habrían mandado tres de las siete víctimas que testimoniaron en Tribunales.
La presentación la hizo su defensor, Juan Ángel Fornerón, y encontró rápida respuesta en la jueza Susana María Paola Firpo, titular del Juzgado de Transición Nº 2 que tramita la causa “Ilarraz Justo José s/Promoción a la corrupción agravada”. La magistrada resolvió citar a las tres víctimas que habrían enviado esas cartas al cura para que certifiquen que son de su autoría.
La medida supone ni más ni menos que el aplazamiento de una definición de Firpo en torno a la situación procesal de Ilarraz. El cura se presentó a indagatoria el 21 del actual, y tras eso la magistrada contaba con un plazo de diez días para resolver si lo procesaba, lo sobreseía o le dictaba la falta de mérito. Pero ese plazo ahora se pospone por cuanto Ilarraz pidió ampliar su indagatoria.
Pero esa segunda presentación de Ilarraz todavía no tiene fecha. La jueza citó primero a las víctimas, que deberán presentarse por tercera vez en la Justicia, entre el 30 del actual y el 12 de mayo próximo. Recién después de que se concrete ese trámite –que las víctimas “realicen el reconocimiento de la documental presentada en la causa”, según se indicó desde Tribunales– se fijará la fecha de la nueva indagatoria.
La decisión de la jueza ocurre un día después de que la Sala Penal del Superior Tribunal de Justicia (STJ) emitiera un relevante fallo en el que rechazó el planteo de prescripció0n de la causa reclamado por la defensa de Ilarraz.
“Extorsión”. El abogado querellante Milton Urrutia reveló ayer que el argumento de las “cartas” no es nuevo; ya habría sido utilizado por la defensa de Ilarraz en 2012, no bien se abrió la causa en la Justicia contra el cura por abusos contra menores en el Seminario –que habrían ocurrido entre 1985 y 1993– para frenar el avance de la investigación. “Fue un modo de extorsión”, explicó. Y narró un hecho que ocurrió a finales de 2012, “durante un encuentro que tuve con Fornerón en la playa de estacionamiento del Colegio de Abogados. Habíamos salido de una audiencia, ya se habían presentado dos víctimas en la Justicia, y me transmitió un mensaje de parte del padre Ilarraz. Me dijo que tenía cartas y fotos para mostrar de las víctimas, que jugaban a su favor. Y que si se retiraban las denuncias y se cerraba la causa, no las daba a conocer. Que ahora otra vez vuelva con esto de las cartas es prueba suficiente de su culpabilidad”, reveló Urrutia.
El abogado reprochó la decisión de la jueza Firpo de citar por tercera vez a las víctimas y resaltó que, en contrapartida, Ilarraz se ha presentado una sola vez en Tribunales, y fue para manifestar su intención de no declarar, asumirse inocente y achacar “falsedad” en las denuncias en su contra. “Se está revictimizando a las víctimas. Esta presentación de esas cartas, si es verdad que existen, demuestran el grado de corrupción al que fueron expuestas las víctimas de Ilarraz”, apuntó.
El letrado recordó, además, que luego de la sanción que le impuso la Iglesia a Ilarraz en 1996, después de investigar las denuncias en su contra, fue la de prohibirle todo contacto con los seminaristas. “Sin embargo, el contacto siguió. Las víctimas refieren que el cura les enviaba cartas, estampitas y postales desde Roma, e incluso siguió en contacto con sus familias. Llegó a decirles que el Papa los tenía en sus intenciones”, puntualizó.
Procesamiento. El fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull cree que la presentación de esa prueba por parte de la defensa de Ilarraz no aporta nada y sólo genera dilación en los plazos y una indefinición en torno a la situación procesal del cura. “Esas cartas, si existieron, son prueba del sometimiento por parte de Ilarraz. Desde un principio, las víctimas contaron que Ilarraz siguió en contacto con ellos y sus familias cuando ya habían abandonado el Seminario.
Aunque la perversión había comenzado mucho antes, cuando las víctimas que luego lo denunciaron a Ilarraz en la Justicia eran adolescentes, estaban como pupilos en el Seminario y cursaban la escuela secundaria. El cura era el prefecto de disciplina de los alumnos de 1º y 2º años, y también cumplía el rol de director espiritual, un rol más complejo que el de mero confesor.
El relato de una víctima en la Justicia mostró el modus operandi de Ilaraz. “Mi relación con Ilarraz se afianzó mucho los primeros meses de mi ingreso al Seminario, y él mismo como confesor me dijo que en una libretita anotara todos mis pecados, y luego, los días viernes, se los tenía que contar. Como yo estaba siempre muy angustiado por los problemas de mi familia, comencé a concurrir de manera habitual a su habitación, alrededor de las 16 horas, donde él me escuchaba, tomábamos mate y me aconsejaba. Pasados unos meses, la relación con Ilarraz comenzó a afianzarse aún más, e incluso él me decía que yo era su mejor amigo”. Esa “amistad” luego transitaba otros carriles: Ilarraz primero pedía que le entregaran el espíritu, y después el cuerpo.
Quienes siguen de cerca la causa de los abusos en el Seminario no recibieron con demasiada sorpresa la decisión de Ilarraz de presentar esas cartas.
Aunque el fiscal, además de molestarse con la argucia de la defensa, dio un paso más: ayer presentó el pedido de procesamiento del cura. “A mí esas cartas no me cambia en nada la situación. Es propio del contexto abusivo en el que estaban las víctimas. En realidad, son una prueba más de que los tenía sometidos”, apuntó Ramírez Montrull.
El fiscal, después de pedir el procesamiento, irá por más: va a solicitarle a la jueza que fije fecha para la realización de la pericia psiquiátrica a Ilarraz, que había sido pautada para el 6 del actual pero que fue aplazada por pedido del cura, aunque sin fecha.

Celebra Agmer el fallo
La Secretaría de Derechos Humanos de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer) celebró el fallo de la Sala Penal del STJ que resolvió rechazar el planteo de prescripción en la causa Ilarraz.
“Entendemos que cada paso dado en este sentido es un avance para toda la sociedad, porque permite romper el manto de silencio que agrava el flagelo del abuso y protege a los abusadores; porque acompaña y anima a las víctimas, que con valentía decidieron hacer la denuncia y reclaman justicia; y porque sienta un precedente importante, teniendo en cuenta que muchas veces los niños abusados pueden recurrir al Poder Judicial cuando son adultos”, señalaron desde el sindicato docente.
“Aunque se trató de un fallo dividido –apuntaron desde Agmer–, ésta es la cuarta decisión que avanza en ese camino y anhelamos que, en caso de llegar a la Corte Suprema de la Nación, se ratifique el rechazo, para que la Justicia comience a dar respuesta a las víctimas que ya declararon y a las que se presume pueden llegar a presentarse”.