Santiago. En un suceso prácticamente inédito por décadas, el repudio a un obispo nombrado inexplicablemente por el Vaticano en la ciudad sureña de Osorno, se transformó en pugilatos callejeros que continuaron al interior del templo de San Mateo y tuvieron su epílogo frente al altar mayor y el prelado tuvo que protagonizar una vergonzosa huida por una puerta lateral.

La ceremonia estaba programada originalmente para las 11:00 horas, pero los pugilatos retrasaron su inicio, en medio del resguardo de un numeroso contingente policial, que resultó impotente.

Barros es acusado por religiosos y laicos de encubridor y cómplice del sacerdote Fernando Karadima, condenado canónicamente por abusos sexuales y como financista de la policía secreta dictatorial DINA. El religioso aseguró que jamás supo de esos hechos en la elegante parroquia de El Bosque, de Santiago, donde el pedófilo sacaba dinero para el infame y encarcelado ex general Manuel Contrerasfa, a sus beatas millonarias.

La liturgia se realizó entre gritos, insultos, lanzamiento de globos negros y el ondear de banderas del mismo color.
El coronel de Carabineros, Leonardo Castillo, informó que tres personas fueron detenidas por desórdenes.

El cardenal Ricardo Ezzati no estuvo presente aduciendo problemas de agenda, al igual que las autoridades locales y regionales de gobierno y parlamentarias.

A las afueras de la catedral, el diputado oficialista Sergio Ojeda dijo que “la Iglesia está llorando porque está dando la espalda a los católicos, no los está escuchando, pedimos al obispo que sea noble y que renuncie”. Otro de los parlamentarios que asistió a la protesta fue el socialista diputado Fidel Espinoza, que aseguró que “la iglesia no puede tolerar que la máxima autoridad de la institución haya sido encubridora de abusos. Nunca la iglesia había vivido un bochorno así de grande".

En Santiago, el ex presidente de la República, el católico Eduardo Frei, manifestó su rechazo al nombramiento de Barros como obispo de Osorno y lo emplazó a renunciar.

A través de una declaración pública, el ex Mandatario sostuvo que "en mi calidad de católico, de ex senador de Osorno y de la región, no puedo quedar indiferente ante”  la designación.

"Es de público conocimiento el rechazo que su designación ha provocado en la comunidad católica de la zona y en la comunidad católica nacional, en general. Sin comunidad, no hay Iglesia, y como nos ha enseñado el Santo Padre, la comunidad debe ser escuchada", agregó.