Durante la misa en la iglesia Holy Family, en el barrio de Little Italy, George ofició una misa de “expiación y esperanza” y se refirió al abuso a jovencitos por parte de sacerdotes como “una terrible injusticia”, según el diario Chicago Tribune.
“Cuando la confianza en traicionada, entonces la esperanza también se va”, dijo George, quien agregó que por eso es importante orar por el perdón y seguir el trabajo en la Arquidiócesis y otros para reconstruir esa confianza y esperanza entre los abusados.
La misa del cardenal sería una de sus últimas, ya que el nuevo arzobispo de Chicago, Blase Cupich, tomará las riendas de la Arquidiócesis el 18 de noviembre.
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