Un obispo católico dimitió en Australia tras ser acusado de abuso infantil.
Max Davis, quien se convirtió en el primer obispo australiano procesado por el delito, está acusado de abusar de un adolescente en 1969, dos años antes de convertirse en sacerdote.
El sacerdote ocupaba el cargo de obispo castrense desde 2003.
Davis mantiene firmemente su inocencia, pero ha decidido renunciar a su puesto hasta que el caso se aclare. Deberá comparecer en tribunales en julio.