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Libro Revela Diversas Irregularidades En Platas De LA Iglesia De Karadima Cooperativa December 30, 2011 http://www.cooperativa.cl/libro-revela-diversas-irregularidades-en-platas-de-la-iglesia-de-karadima/prontus_nots/2011-12-30/183738.html Una serie de extranos movimientos financieros constato una investigacion periodistica que indago la Parroquia de El Bosque, que dirigio durante anos el sacerdote Fernando Karadima, quien ahora vive retirado tras ser hallado culpable de abusos sexuales por la propia Iglesia Catolica. ImagenSe trata de "Los Secretos del Imperio de Karadima", escrito por Juan Andres Guzman, Gustavo Villarrubia y Monica Gonzalez, periodistas de Ciper Chile. Son "ingresos y egresos que no calzan", "millonarios depositos destinados a caridad que terminan invertidos en fondos mutuos" y "pagos irregulares a empleados y desembolsos cuantiosos hechos en la epoca en que Fernando Karadima viajaba a Europa acompanado de un sequito de jovenes feligreses", detallo el Centro de Investigacion e Informacion Periodistica. En el libro se da cuenta de "los interrogatorios que se hicieron en torno al manejo de los dineros parroquiales al obispo Andres Arteaga y a miembros del Consejo Parroquial de El Bosque, que debia asesorar al parroco en el manejo de los recursos aportados por los fieles. Dicho consejo estaba compuesto por Juan Pablo Bulnes Cerda, abogado y presidente de esa instancia; Guillermo Tagle Quiroz, ingeniero comercial; Francisco Costabal, ingeniero civil y presidente de la Accion Catolica, y Francisco Prochaska, ingeniero, quien servia a Karadima en multiples propositos. Segun el libro de Ciper, todos eran hombres de absoluta confianza de Karadima y negaron estar al tanto de las situaciones irregulares descritas por la pericia realizada en septiembre de 2010 y que esta firmada por subprefecto de Investigaciones Raul Morales Ceballos". La pista de los 100 millones Los detectives, explica "Los Secretos del Imperio de Karadima", estuvieron tras la pista de 100 millones de pesos "depositados en septiembre de 2009, y determinaron que estos dineros rapidamente fueron invertidos en fondos mutuos". En su informe, sostuvieron "seria saludable conocer a quien pertenece y cual es el fin ultimo de esta transaccion ya que si consideramos que el dinero que se recibe en la parroquia debe ser usado para caridad, sobre todo con los necesitados, llama la atencion que ese dinero permanezca inmovil al estar en fondos mutuos y solo esta generando intereses, o sea, incrementando su monto. Ese no es el espiritu que convoca el recibir donaciones". Los autores constataron que "mientras la parroquia recibia 23 millones de pesos al ano por concepto de arriendo de las propiedades que estaban a su nombre, en el libro se anotaban solo 12 millones. ?Donde iban a parar los dineros no anotados? Los peritos no lograron establecerlo". "Los Secretos del Imperio de Karadima" fue editado por la alianza entre la Fundacion Ciper, la Escuela de Periodismo de la Universidad Diego Portales y Editorial Catalonia.
Extracto del capitulo 10, "Las platas de los fieles" | subir A Karadima le importaba muchisimo el dinero, mas de lo que cabria esperar de un hombre que ha consagrado su vida a los asuntos del espiritu. Le importaba tanto que a veces perdia el control. En cierta oportunidad vacio las cajas de la colecta dominical sobre su cama y lanzo los billetes al aire. Fernando Gomez Barroilhet estaba con el. Mientras el dinero caia el sacerdote murmuraba: «Y pensar que todo esto es mio». Los billetes y monedas que terminaron en su cama deben haber sumado unos 4 millones de pesos, que es lo que se recaudaba en una misa de domingo, segun sacerdotes que formaron parte de la Pia Union. Para ellos El Bosque, en los anos de gloria de Karadima, era la iglesia que mas recaudaba en Chile. Durante la epoca en que Veronica Miranda, entonces esposa de James Hamilton, fue de su maxima confianza, Karadima le paso la llave de la pieza donde se dejaban las cajas con la colecta al final del servicio. Con frecuencia, antes de que ese dinero fuera contabilizado y depositado, Karadima le decia a Veronica que fuera a la pieza de las cajas, sacara 100 mil o 150 mil pesos y se los dejara en su habitacion. Durante un buen tiempo fue asi hasta que tanta informalidad le llamo la atencion y ella le pregunto al sacerdote como se contabilizaba ese dinero, pues tenia entendido que una parte era para el Arzobispado y para las iglesias mas pobres. Despues de formular esa pregunta, no le pasaron mas las llaves de la colecta. La religiosa Marta Gutierrez, secretaria de la parroquia entre 1992 y 2001, testifico ante la jueza Jessica Gonzalez que Karadima cobraba «aportes» muy altos cuando prestaba la iglesia para un matrimonio, un bautizo o un funeral: «Justificaba esos precios con mentiras como, por ejemplo, supuestos arriendo de alfombra, pago de gastos extra de iluminacion, pagos al personal por quedarse hasta mas tarde y otros». Sobre el destino del dinero recaudado, Marta Gutierrez dijo tener dudas pues presencio practicas parecidas a las descritas por Veronica Miranda: «Todos los pagos en cheques por sumas superiores a 100 mil pesos tenia que entregarselos directamente a el, sin que quedara constancia en ninguna parte». La monja agrego que, asi como «Karadima tenia un interes desmedido por el dinero», tambien despreciaba a los pobres: «Los hacia echar con Carabineros. Tenia problema con quienes ayudabamos a los pobres y teniamos que hacerlos venir a la parroquia en los horarios en los que no estaba el padre Karadima o cuando estaba ocupado en misa. El ano 2000 se introdujo una senora de aspecto humilde y lo encaro diciendole que era malo con los pobres y despues encaro al padre Morales en los mismo terminos». En agosto de 2010 el fiscal Xavier Armendariz ordeno a la Policia de Investigaciones determinar si habia habido pagos a testigos de los abusos de Karadima, con el fin de que no declararan ante la justicia. En dicho escrutinio aparecieron documentos que acreditaban lo que los testimonios de Veronica Miranda y la religiosa Marta Gutierrez denunciaban: que Karadima manejaba las arcas de la parroquia no para socorrer a los necesitados ni ayudar a la Iglesia. Los investigadores policiales revisaron documentos y archivos financieros del periodo 2009-2010, entre ellos el libro de la contabilidad parroquial llamado «libro caja», donde se registraban las donaciones hechas a la parroquia y el aporte del 1% de los fieles, conocido como Cali. Tambien se anotaban ahi los dineros obtenidos por los arriendos de las propiedades que la Union Sacerdotal tenia en el sector. Segun el «libro caja», en 2009 entraron a la parroquia 262 millones 656 mil pesos, un promedio de 21 millones de pesos mensuales. Durante el primer semestre de 2010, es decir, durante los primeros seis meses de la investigacion contra Karadima, los ingresos crecieron a 26 millones de pesos mensuales, enterando 156 millones 700 mil pesos. La encargada de llevar la contabilidad de El Bosque era Maria Jose Riesco Bezanilla, una laica consagrada, es decir, una mujer que ha hecho los votos de castidad, pobreza y obediencia, sin ser monja. Cuando los peritos la interrogaron, sostuvo que la parroquia era mas bien modesta: «La parroquia a la cual represento no recibe grandes montos de dinero, toda vez que vive y existe con lo justo». Pero 262 millones no son pocos recursos. Y pese a lo que sentia Karadima, ese dinero no era suyo. El Cali era en buena parte para financiar a la Iglesia entera. Y, probablemente, muchos de los que donaban a El Bosque confiando en que el sacerdote les daria a esos dineros un uso cristiano -despues de todo lo habia formado el santo Hurtado-, no le habrian entregado nada si hubieran sabido que su criterio era satisfacer sus propios deseos. A los peritos les llamo atencion que ese dinero estuviera en manos de una persona como Maria Jose Riesco, que carecia de los conocimientos minimos de contabilidad. Tambien les llamo la atencion que existiese un Consejo Parroquial de alto nivel profesional y que este no hubiesen advertido a Karadima del desorden con que manejaba los millones donados por los fieles, desorden que impedia saber si los dineros llegaban a quienes tenian que llegar. El Consejo Parroquial lo constituian Juan Pablo Bulnes Cerda, abogado y presidente de esa instancia; Guillermo Tagle Quiroz, ingeniero comercial; Francisco Costabal, ingeniero civil y presidente de la Accion Catolica, y Francisco Prochaska, ingeniero, quien servia a Karadima en multiples propositos. Todos eran hombres de absoluta confianza de Karadima y todos fueron mencionados por los denunciantes como personas cuya voluntad estaba controlada por el sacerdote. Sobre el profesionalismo de Maria Jose Riesco para manejar esos dineros, la religiosa Marta Gutierrez aporto un dato. Dijo a la justicia que la verdadera «consagracion» de Riesco era obedecer a Karadima: «Cada vez que se equivocaba la hacia hincarse ante el. El portero Guido Chacon me conto en una oportunidad que la habia tenido largo tiempo de rodillas a la vista de los feligreses». Para chequear si los datos anotados en el «libro caja» eran reales, los peritos los cotejaron con los montos que aparecian en la cuenta corriente de la parroquia, donde estos dineros eran depositados. Esta era la cuenta 16252168-05 del Banco Chile, perteneciente a Pia Union Sacerdotal, organizacion que alguna vez pretendio ayudar a los sacerdotes a acercarse a Dios, pero que ahora era la propietaria de departamentos en la zona de la parroquia y del terreno mismo de la iglesia. La revision mostro que en la cartolas de la cuenta corriente habia «ingresos superiores a los registrados en el libro caja», situacion que se debia a que en la misma cuenta se mezclaban los ingresos de dos entidades: la parroquia y la Pia Union. Los peritos se preguntaron por que el Consejo Parroquial permitia esto, si por su experiencia sus miembros «conocen claramente que no es sano mezclar dineros de dos entidades distintas. Esta situacion corresponde ser aclarada por dicho Consejo y por los miembros de la Union Sacerdotal». Al analizar mas en detalle los ingresos, los peritos determinaron otras incoherencias. Por ejemplo, que el dinero que cobraban por los arriendos de las propiedades era de 23 millones de pesos al ano; pero en el libro se anotaban solo 12 millones. «Del mismo modo, para los 7 primeros meses de 2010, la parroquia debio haber recibido un total de $13.532.750, sin embargo, los registros efectuados en la contabilidad reflejan la suma de $9.639.949. Esto significa una disminucion de los ingresos en $3.892.801 para la parroquia». ?Donde iban a parar los dineros no anotados? Los peritos no lograron establecerlo. La contabilidad de los gastos en 2009 tampoco salio bien parada del examen pericial. Dicho item, que incluia desde sueldos de los sacerdotes y del personal, hasta las cuentas de internet, cable, gas y tambien «la ayuda fraterna», sumo egresos por 177 millones 550 mil 624 pesos. Del examen mes a mes resulto que los meses mas caros para la parroquia en 2009, fueron enero ($23.742.147) y septiembre ($17.458.681), justamente los meses en los que Karadima y sus seguidores viajaron a Europa. La diferencia entre los ingresos y los gastos deja un saldo de aproximadamente 90 millones por ano. ?Donde estan esos recursos? Aqui los peritos si encontraron algunas pistas. Se detectaron retiros millonarios sin destinatario conocido y tambien inversiones en fondos mutuos. «En la revision de las cartolas bancarias de la cuenta de la Parroquia Sagrado Corazon de Jesus en el Banco de Chile, se observo que en el mes de julio de 2009 hubo un abono por 60 millones de pesos, los cuales fueron girados en 2 cheques de 40 y 20 millones, giros que se realizaron en septiembre del mismo ano, desconociendose a quienes beneficiaron esas salidas de dinero». Ademas, el informe de la PDI establece que el 17 de noviembre de 2009, un depositante desconocido abono en la cuenta de la parroquia 100 millones de pesos. Esos dineros encontraron uso rapidamente pues «el 18 de noviembre fueron destinados a fondos mutuos, desconociendose quien tomo el deposito y por que razon» . Al respecto los peritos estimaron que «seria saludable conocer a quien pertenece y cual es el fin ultimo de esta transaccion ya que si consideramos que el dinero que se recibe en la parroquia debe ser usado para caridad, sobre todo con los necesitados, llama la atencion que ese dinero permanezca inmovil al estar en fondos mutuos y solo esta generando intereses, o sea, incrementando su monto. Ese no es el espiritu que convoca el recibir donaciones». Solo por este punto (dineros recibidos como donaciones y que ganan intereses en fondos mutuos) el Servicio de Impuestos Internos (SII) deberia haberse interesado en investigar las operaciones de Karadima y la parroquia. Por esa razon, una vez que en julio de 2010 Xavier Armendariz debio cerrar su investigacion -por tratarse de delitos que presumiblemente se cometieron antes de que entrara en vigencia la Reforma Procesal Penal- y el caso quedara en manos del juez Leonardo Valdivieso, el fiscal le entrego todo este expediente sobre los dineros de El Bosque al SII. Hasta el cierre de esta investigacion no habia ninguna informacion sobre que se hizo con estos peritajes. Los expertos de la PDI debieron hacer otras diligencias para intentar averiguar los origenes y destinos de tanto dinero. Y decidieron interrogar al obispo Andres Arteaga, quien era el director de la Pia Union Sacerdotal, es decir, la persona que oficialmente controlaba la cuenta bancaria donde iban a parar todos los dineros de la parroquia. Arteaga, ademas, habia aparecido recientemente en la prensa criticando duramente las investigaciones de CIPER sobre las propiedades acumuladas por la Pia Union y los manejos financieros en El Bosque: «En relacion a algunos cuestionamientos sobre asuntos economicos y financieros de esta asociacion aseguro enfaticamente que estan en pleno orden, de acuerdo a su finalidad y a la legislacion civil y canonica». Con calma, pero con decision y molestia, argumento que «la entrega de la informacion con toda la documentacion disponible a la autoridad eclesial evidenciara la grotesca distorsion, falsedad e imprecisiones de muchas afirmaciones publicadas y que desgraciadamente, han encontrado al parecer eco entre algunos sacerdotes». Frente al interrogatorio de los detectives, el obispo auxiliar Arteaga cambio el tono de sus respuestas. Se vio obligado a admitir que los libros de la parroquia no incluian inversiones financieras como «depositos a plazo» cuyos montos el mismo desconocia. Explico: «El libro que se lleva en la parroquia de El Bosque es un libro de entrada y salida de dineros, sin embargo, hay depositos a plazo o dineros que se invierten en el sistema financiero de los cuales no conozco mayores detalles y que no estan reflejados en esos libros. El Comite Parroquial es quien maneja mayores detalles. El responsable de estos dineros es el parroco (Juan Esteban Morales), puesto que yo trabajo en la universidad y no tengo mucho tiempo». Tras esquivar sus responsabilidades, el obispo Arteaga agrego que pese a ser el representante legal de la Union Sacerdotal, «no tengo poder de firma para firmar cheques. Solamente la tienen el parroco y al parecer la senora Maria Jose Riesco». Al finalizar, detallo que entre los dineros que recibe la parroquia hay «algunas subvenciones de la Municipalidad de Providencia, entre otras cosas, pero desconozco mayores detalles. Tengo entendido que el senor Guillermo Tagle podria explicar con mayor precision estos temas ya que es miembro del Concejo Parroquial». El testimonio del ex sacristan Carlos Espinoza, que fue clave para que la fiscalia supiera de los pagos del sacerdote Diego Ossa a Oscar Osben , tambien ayudo a demostrar que los numeros que aparecian en el «libro caja» e incluso en los contratos de los trabajadores de la parroquia, no eran reales. Como confirmaron los peritos, casi todo el personal de El Bosque recibia asignaciones extras distintas y no declaradas. De hecho, el mismo Espinoza recibia pagos irregulares, porque lo irregular era la norma en El Bosque. Y relato que cuando en 2009 el pidio un aumento de sueldo, lo converso con el cura Diego Ossa y este le ofrecio subirle de 290 mil a 330 mil pesos liquidos mas un dinero «por fuera», sin registro. «La razon de esto, segun me dijo el padre Diego, era que no podian presentar una planilla de sueldo tan elevada al Arzobispado», explico Espinoza a los policias. «El padre Karadima me ofrecio directamente pagar mis gastos basicos de luz, agua, telefono que en promedio ascendian a 130 mil pesos. Acepte dicha oferta. El padre Diego me enviaba un correo electronico cada vez que se cancelaban las cuentas, las que se pagaban a traves de Servipag». Sin embargo, el aporte que recibia era aun mayor. Espinoza pidio otras cosas que le fueron compradas con cargo a una cuenta cuyo propietario no sabe identificar: «El padre Diego me ayudo a pagar mis lentes opticos que costaron 180 mil pesos, mas el gasto de la consulta medica. Tambien me compraron unas zapatillas que valen 50 mil pesos y dos pantalones por 60 mil pesos. (...) Yo le informaba al padre Diego que me queria comprar dichos articulos y el me senalaba que los eligiera y le llevara la boleta. Posteriormente el me hacia una transferencia electronica a mi cuenta corriente. Dichas transferencias provenian del Banco Bice y del Banco CrediChile, cuyo titular desconozco». Segun Carlos Espinoza, «todas estas compras fueron hechas en los meses de noviembre y diciembre de 2009», es decir, cuando ya se rumoreaba que un tsunami se aproximaba a El Bosque, pues ya en septiembre de ese ano el Arzobispo Errazuriz le habia advertido a Karadima sobre la investigacion en su contra. Lo interesante es que esas cuentas nunca fueron revisadas. Carlos Espinoza, ademas, dio luces sobre como fluia el dinero a El Bosque: «En el verano (2010) reemplace al portero por 21 dias en febrero y durante la primera semana recibi 4 cheques de aportes de feligreses cuyos montos fluctuaban entre 100 mil y 180 mil pesos. Me llamo la atencion que estaban abiertos, indicando los montos, pero en blanco el espacio del destinatario en todos los cheques, los que entregue a la senora Maria Jose Riesco». Todos los anos las cuentas parroquiales eran revisadas por el Arzobispado a partir de un resumen que enviaba Maria Jose Riesco. La entidad eclesiastica superior de Karadima, sin embargo, no podia cotejar la informacion de la cuenta corriente de la parroquia. Por ello, cuando reviso los documentos referidos a 2009, el obispo Fernando Chomali concluyo que «la parroquia lleva a cabo un correcto registro de sus ingresos y sus gastos». Otra fuente de informacion que el Arzobispado no revisaba eran las cuentas corrientes de Karadima, Juan Esteban Morales o Diego Ossa. Ni siquiera lo hizo cuando los pagos de Ossa a Osben pusieron un alerta sobre la discrecionalidad con que se usaban los recursos en esa iglesia. Por encargo del Arzobispo Errazuriz, el obispo Fernando Chomali reviso las cuentas de la parroquia y en corto tiempo determino que en los pagos hechos a empleados no se habian usado dineros donados por los fieles. Apoyando las tajantes declaraciones de Andres Arteaga, el obispo Chomali determino que no habia irregularidades en los dineros parroquiales. Pero fuentes del Arzobispado dijeron a los autores de este libro que lo que el obispo habia tenido a la vista para dar su dictamen fue el citado «libro caja» que contenian informacion adulterada segun demostraron los policias . Sobre los cuestionados pagos a Oscar Osben y a los empleados de la parroquia, la investigacion policial tambien entrego datos interesantes. Dejo claro, por ejemplo, que Oscar Osben llevaba ya un tiempo recurriendo economicamente a Diego Ossa. Pareciera ser que la amistad que le brindo Ossa y las constantes invitaciones a El Bosque, lo llevaron a sentirse como un igual en ese mundo en que la mayoria de los jovenes tenia mucho dinero sin hacer mayor esfuerzo. Lo cierto es que Osben intento vivir a un ritmo que no podia financiar. Cuando se caso en 2005, la fiesta de matrimonio le costo 6 millones de pesos, dinero que pidio prestado. No llevaba ni dos meses de matrimonio y estaban a punto de embargarlo. Recurrio a Diego Ossa, para pagar una parte de la deuda. «Diego me dijo "no te preocupes, yo te lo cancelo", y asi lo hizo», narro Osben a los policias. Oscar Osben no aprendio. Las deudas se siguieron acumulando durante los siguientes cuatro anos a un ritmo vertiginoso: un auto, un negocio fallido, una casa, y varios prestamos para tapar los agujeros que se iban abriendo. En 2009 estaba hasta el cuello e intento de nuevo recurrir a Diego Ossa: «Pero esa vez el padre Diego no me quiso ayudar, me dijo "llama a tu papa" y corto la comunicacion». La respuesta no fue una ironia, sino un reflejo de lo que el mismo Ossa hacia. Segun declaro ante los investigadores policiales el recibia 250 mil pesos de la Parroquia El Bosque por ser el vicario y 1 millon 200 pesos de su familia. Osben, sin embargo, no tenia una familia que lo sostuviera. Por otra parte, en el tribunal, el mismo sacerdote Diego Ossa declaro que su relacion con Osben era «de padre a hijo». Oscar Osben dijo a la policia que, poco despues de que el sacerdote se negara a ayudarlo, recibio un llamado de Tomislav Koljaitic, obispo de Linares (ciudad donde residia), quien le dijo que Diego Ossa le habia mandado un sobre. «Al abrirlo me percate que habia un cheque por 1 millon del padre Fernando Karadima». Asi estaban las cuentas entre el sacerdote y el feligres antes del programa Informe Especial que hizo que Osben se sintiera identificado con la historia de James Hamilton. A partir de entonces se desato algo que Carlos Espinoza y Karadima llamaron «extorsion»; Osben y su esposa, «compensacion por danos»; Ossa y Bulnes, «ayuda fraterna para impedir un suicidio» . Segun el relato judicial de Oscar Osben, aparte del millon de Karadima, recibio 3 millones 700 mil pesos para pagar lo que le quedaba de la deuda de su auto; 1 millon 800 mil pesos para cancelar los dividendos atrasados del credito hipotecario («Bulnes lo cancelo directamente en el banco y no tenemos comprobante»); y 2 millones de pesos por las cuotas atrasadas de un prestamo a nombre de su esposa, Pamela Chacon. Ademas, relata Osben, se encontro dos veces con Bulnes y en ambas saco algo. «En la primera oportunidad Bulnes me entrego 1 millon de pesos en efectivo; y la segunda, en su oficina, me entrego otros 2 millones de pesos, tambien en efectivo, haciendome firmar un comprobante en el cual decia que me estaba dando un prestamo por las sumas indicadas». Lo descrito por Oscar Osben suma 11 millones 500 mil pesos. Poco si se considera que en algun momento este solicito a Diego Ossa una «ayuda fraterna» de 100 millones de pesos. Cuando le preguntaron a Diego Ossa que justificaba este flujo de dinero, declaro: «Al ver que tenia una presion sicologica muy grande, por deudas economicas y dado que interpretamos que el se podia suicidar, decidimos ayudarlo». Sobre el origen del dinero, explico que 5 millones de pesos salieron de sus ahorros, 1 millon lo aporto Juan Pablo Bulnes «y otros 2 millones de pesos fueron aporte de un feligres anonimo que quiso ayudar para que Oscar solucionara sus problemas financieros». La suma da 8 millones de pesos. No dijo nada del resto. Solo agrego que «las ayudas a Oscar han estado motivadas por la caridad». Cuando le pidieron ver sus cartolas para confirmar estas declaraciones y tambien corroborar el monto de sus ingresos asi como los pagos efectuados a Carlos Espinoza, Diego Ossa se nego. Segun los peritos, el sacerdote argumento «que eran parte de su vida personal y que no queria que algunos de sus movimientos bancarios salieran a la luz publica, como en la investigacion pasada realizada por el fiscal». La investigacion tambien aporto datos respecto de los otros empleados de El Bosque que habian recibido dineros en los ultimos meses de 2009: Patricio Vasconellos, Maria Jose Riesco y la cocinera Silvia Garces. Segun el testimonio de Maria Jose Riesco solo los 10 millones que recibio Patricio Vasconcelos provenian de dineros parroquiales. Y ese monto, dijo la mujer, fue autorizado por el citado Consejo Parroquial que presidia Juan Pablo Bulnes. Sin embargo, al revisar el «libro caja», los peritos de Investigaciones determinaron que la «ayuda» entregada a Vasconcelos, «aparece como disminuyendo los ingresos de ese ano para la parroquia». Es decir, los 10 millones no fueron anotados como un gasto o una donacion, ni siquiera como un prestamo, sino que se hicieron disminuir los ingresos, como si esos 10 millones de pesos nunca hubiesen llegado a la parroquia. Segun explico Maria Jose Riesco, el resto de las donaciones provino de recursos de Karadima. Tanto los 13 millones que le dio a ella en 2009 («me los regalo para cancelar el saldo del prestamo hipotecario que mantenia de la vivienda que yo habito actualmente»); como los 12 millones entregados a la cocinera Silvia Garces para compara una casa («un dinero directamente del padre Karadima, por lo mismo, es dinero personal de el y no de la iglesia»). Para confirmar que esos dineros efectivamente los habia entregado Karadima, los policias pidieron revisar las cartolas de la cuenta que el sacerdote mantiene en el Banco de Chile. Pero solo les facilitaron las correspondientes al primer semestre de 2010 y no las de 2009, que es cuando se dieron las «ayudas». Con todo, ese registro mostro importantes flujos de recursos sin que se supiera cual era su origen ni su destino. Esto, entre otras cosas, pues Karadima, controlador absoluto de las finanzas de la parroquia, no declaro ante los policias pues su abogado alego que estaba delicado de salud. Fue Francisco Costabal, su secretario personal y ultimo presidente de la Accion Catolica de El Bosque, quien explico los movimientos de las cartolas que se exhibieron a los peritos. Tras el analisis los peritos informaron a la fiscalia: «De la exhibicion de las cartolas del padre Fernando Karadima (28 de septiembre de 2010) se pudo observar y constatar gran movimiento de dineros. Entre ellos destacan traspasos hechos el 16 de febrero de 2010 por 38 millones de pesos a instrumentos financieros; montos importantes de donaciones de feligreses de quienes se desconocen nombres, toda vez que Francisco Costabal se reservo el derecho de omitir dichos antecedentes por respeto a dichas personas. El saldo inicial de la cuenta corriente con fecha 4 de enero fue de $33.391.697. Su saldo final al 3 de septiembre de 2010 fue de $13.484.317. A partir de julio de 2010 la cartola no presenta depositos o transferencias de donaciones de feligreses como ocurria en los meses previos». El material exhibido no permitio probar que el dinero entregado a los empleados proviniera de recursos propios de Karadima. El informe solo llamo la atencion sobre la gran cantidad de recursos que el sacerdote manejaba. ?De donde salian esos recursos? ?De donantes anonimos o de dineros parroquiales no anotados en los libros, de esos 100 mil pesos que Karadima le pedia a personas como Veronica Miranda que sacara de las colectas de cada misa?. Los interrogatorios a los asesores financieros que participaban en el Consejo Parroquial de El Bosque tampoco fueron muy utiles para resolver esas dudas. Guillermo Tagle, experto en finanzas, le resto relevancia a las atribuciones del consejo: «Sus integrantes no tienen delegacion de poder ni de representacion y el consejo tampoco tiene mayores formalidades, como actas, registro de reuniones o reuniones periodicas». Segun entendia, ademas, el presidente del consejo era el parroco Juan Esteban Morales, no Juan Pablo Bulnes. En relacion al monto de los dineros que donaban los fieles, Tagle explico que el no tenia mucho que aportar: «Respecto a las donaciones que entregan los particulares no se lleva ningun registro ya que son entregadas directamente a los sacerdotes para que ellos las distribuyan de acuerdo a su parecer. Tambien hay oportunidades en que llegan donaciones directamente para los padres o para sus gastos, que son del ambito exclusivamente personal y el consejo asesor no tiene ninguna participacion o conocimiento en la decision del sacerdote respecto del origen, destino o monto de esas ayudas». Sobre los motivos que habria tenido Karadima para entregar millones a empleados cuyos sueldos no superaban los 300 mil pesos, Guillermo Tagle dijo: «La caridad empieza por casa y debido a esto no hay otras motivaciones como silenciar o callar situaciones. Lo descarto tajantemente tanto en mi condicion de integrante del comite asesor como particular». Similares expresiones tuvo Juan Pablo Bulnes ante los peritos: «(Las ayudas solidarias) solo estuvieron motivadas por una accion social. El dicho "la caridad empieza por casa" calza perfectamente en este caso, ya que el padre Karadima siempre ha predicado la ayuda a los necesitados y estos tambien pueden estar al interior de la parroquia» . Pero esa generosidad puertas adentro evidentemente no era suficiente para explicar erogaciones tan grandes de dinero por parte de Karadima. Los seguidores del sacerdote argumentaron en otros terminos ante la PDI. «Este ultimo tiempo, al ver al padre Fernando, tengo la impresion que se esta preparando para su partida (muerte), lo note despues de que el estuvo muy enfermo y se esta desprendiendo en vida de sus recursos personales», declaro Guillermo Tagle. Casi las mismas palabras uso Maria Jose Riesco para explicar los 13 millones que recibio de Karadima en mayo de 2009: «Yo creo que el padre esta "preparando su viaje", su "equipaje para la vida eterna" y se esta deshaciendo de todas sus cosas ya que anteriormente tuvo un problema al corazon. Estos dineros han sido entregados por amor a Dios y no para silenciar a personas en relacion a lo que le esta afectando al padre en estos momentos». Pero fue Juan Pablo Bulnes quien mejor desarrollo esa arista. Tras senalar a los policias que las indagaciones sobre los dineros parroquiales le parecian excesivas («esta investigacion es funcional a intereses particulares y estoy sorprendido que se use tal cantidad de recursos publicos para estos fines»), Bulnes explico: «Yo le confeccione un testamento al padre Fernando Karadima hace dos anos mas o menos. Tengo la impresion que se esta desprendiendo de todos sus bienes. El padre Fernando sufrio un infarto hace dos o tres anos y creo que esta haciendo caridad en vida». Estas explicaciones sobre los origenes y los motivos del dinero entregado a los trabajadores de la parroquia no convencieron a los peritos. En su informe concluyeron que los trabajadores «recibieron ayudas fraternas provenientes de los fondos reunidos a traves de la donacion, del Cali del 1% y de otros ingresos como los arriendos». Y agregaron: «Asimismo existieron donaciones en dinero provenientes de las cuentas particulares del padre Karadima y Diego Ossa a trabajadores de la parroquia como tambien a particulares que no tenian relacion actual con dicha parroquia». Poco despues de concluida esta investigacion policial sobre los posibles pagos para pagar silencios de testigos, en septiembre de 2010 el fiscal Xavier Armendariz cerro su indagatoria. No ordeno revisar la cuenta corriente del cura Diego Ossa, pese a existir la constancia de que el manejaba recursos de la parroquia de forma irregular (como los pagos «por fuera» a Carlos Espinoza); tampoco se revisaron las operaciones de Karadima durante 2009, que es el periodo en que se hicieron los pagos a los empleados. Ni se exigio que el sacerdote explicara los montos sin respaldo encontrados en 2010. La detencion de la investigacion tuvo un motivo legal: para perseguir los pagos como obstruccion a la justicia estos debian haber sido hechos despues de que la investigacion se iniciara en la justicia civil, es decir, despues de abril de 2010, cuando los cuatro acusadores hicieron su denuncia. Y con excepcion de los pagos que recibio Oscar Osben, todas las «ayudas fraternas» se entregaron en 2009. Al menos, las que se detectaron. Aunque la investigacion demostro que Karadima usaba los dineros donados por los fieles a su antojo, esa debio ser una preocupacion del Arzobispado y de los mismos fieles, pero no del sistema penal. Como se ha dicho, el obispo Fernando Chomali determino, mirando el «libro caja», que no habia problemas con los dineros donados. Los fieles podian estar tranquilos. Y nadie mas se pronuncio sobre este asunto tan delicado que dejo en evidencia el nulo control de la Iglesia Catolica sobre las finanzas de sus parroquias. Uno de los usos conocidos que Karadima le daba a las donaciones de los fieles de su parroquia eran los viajes que con un grupo de sus predilectos emprendia cada ano preferentemente a Europa. El sacerdote era siempre el principal financista de esas excursiones que a veces duraban tres meses. Del Viejo Continente, su destino favorito, volvia cargado de regalos santos y de relojes. Y nunca olvidaba pasar por alguna tienda de lujo para comprarle un regalo a su madre. |
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