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  Escandalo Karadima: Justicia Vaticana Modelo

By Andres Beltramo
Sacro y Profano
July 4, 2011

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La Iglesia en Chile padece su propia crisis por abusos sexuales a menores: el “escandalo Karadima”. Fernando Salvador Miguel Karadima Farina forjo una carrera eclesiastica impecable. Nacido en agosto de 1930 dedico gran parte de su ministerio presbiteral a la formacion del clero, siempre vinculado a la exclusiva parroquia del Sagrado Corazon de Jesus, en Avenida el Bosque de Santiago de Chile.

[karadima] Ordenado sacerdote en 1958, su carisma y personalidad le permitieron lentamente asumir un creciente poder no solo en la parroquia sino tambien en la Pia Union Sacerdotal, un semillero local de vocaciones. En la decada de los 80 tomo el control del templo del Bosque, que convirtio en un intenso centro pastoral.

Por su obra pasaron decenas de sacerdotes e incluso los obispos Juan Barros Madrid (vicaria castrense) y Andres Arteaga (auxiliar de Santiago de Chile). Para sus seguidores su “fama de santidad” era indiscutible, aunque estuviera todavia vivo; para la Iglesia chilena su labor era ejemplar. Pero la verdadera historia era otra: abuso de poder, manipulacion psicologica y pederastia.

El 22 de junio ultimo el actual arzobispo de Santiago, Ricardo Ezzati Andrello, informo a Fernando Karadima que la Santa Sede habia decidido rechazar la apelacion a una sentencia en su contra por abusos sexuales de menores.

En un documento de dos paginas (fechado el 18 de marzo) la Congregacion para la Doctrina de la Fe ordeno al sacerdote retirarse a una vida de penitencia y oracion, le prohibio ejercer de manera publica su ministerio de por vida, dirigir espiritualmente, confesar, tener contacto con los miembros o ejercer cargo alguno en la Pia Union Sacerdotal.

El texto, firmado por el cardenal William Joseph Levada (prefecto) y Luis Francisco Ladaria (secretario), fue la conclusion definitiva al primer proceso canonico que aplico, hasta sus ultimas consecuencias, las nuevas normas sobre “Delicta graviora” (delitos graves de los sacerdotes) aprobadas por el Papa en julio de 2010.

El “escandalo Karadima” se convirtio en un emblema de justicia vaticana por varios motivos: porque la Doctrina de la Fe tomo con seriedad las primeras denuncias (recibidas en 2010) sin importar el espesor eclesiastico del involucrado; porque condujo una investigacion minuciosa y dicto sentencia pese a que la justicia civil habia cerrado el caso.

De hecho los magistrados chilenos se vieron obligados a reabrir sus pesquisas luego que el arzobispo de Santiago anuncio publicamente, el 18 de febrero, la sentencia de culpabilidad contra Karadima emitida por la Santa Sede. Aquel inedito anuncio, en rueda de prensa y con la lectura del fallo en la television nacional, marco un inedito precedente.

Roma habia pedido explicitamente a Ezzati difundir la sancion, aunque se trataba de una primera instancia que podia ser apelada. Inmediatamente el sacerdote fue despojado de su cargo y trasladado a un monasterio de la capital chilena. Su entorno recibio la noticia con estupor, rabia e indignacion mientras el acusado mantuvo su declaracion de inocencia.

Contra Karadima El Vaticano decidio conducir un proceso administrativo por dos razones: las claras evidencias de culpabilidad y la avanzada edad del imputado (80 anos). El sacerdote recibio un trato similar a Marcial Maciel Degollado, fundador de los Legionarios de Cristo y abusador de menores. En ambos casos se renuncio a celebrar un juicio eclesiastico para evitar la muerte de los acusados sin condena, porque un proceso penal, con las diversas instancias de apelacion, consume tiempo y recursos humanos.

Para el caso chileno la Doctrina de la Fe tomo mayores recaudos y designo un comite de tres delegados que lo estudiaron, a diferencia de la costumbre de nombrar un solo delegado, responsable de consultar a especialistas antes de proponer una sentencia. Esto no evito el recurso de apelacion presentado por los defensores de Karadima ante la “feria cuarta”, la plenaria de la Congregacion, que lo rechazo ratificando la culpabilidad del imputado.

Con el voto de la “feria cuarta” la Santa Sede cerro el capitulo eclesiastico del escandalo, pero aun resta abierto un capitulo politico. La justicia chilena solicito por via diplomatica a Roma los documentos de la investigacion canonica y la Secretaria de Estado vaticana debera decidir, en las proximas semanas, si responde positiva o negativamente.

Otro de los resultados de la actuacion vaticana fue el arrepentimiento publico del arzobispo emerito de Santiago de Chile, Francisco Javier Errazuriz, quien pidio perdon a las victimas por no haberles creido cuando le hicieron llegar sus acusaciones contra Fernando Karadima en el ano 2004.

“Ahora yo comprendo que, sobre todo las dos primeras personas que acusaron, al ver que esto quedaba en suspenso, tuvieron un gran sufrimiento. Es un sufrimiento que yo no quise causar de ninguna manera, y por el cual les pido perdon”, sostuvo. Pero, a diferencia de lo ocurrido en Estados Unidos o Irlanda, en este caso El Vaticano intervino con prontitud, claridad y contundencia en un proceso que se ha convertido en un verdadero modelo de justicia canonica. Mientras tanto la justicia civil sigue su curso.

 
 

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