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A Otra Cosa, Mariposa… Radio Universidad De Chile April 10, 2011 http://radio.uchile.cl/noticias/109857/ Los partidos del oficialismo siguen como un matrimonio mal avenido, donde RN y la UDI continúan atrincherados cada uno aferrado a un lado de la cama. Mientras tanto, y de manera bastante silenciosa, el ministro de Defensa, Andrés Allamand, sigue con su operación de limpieza dentro de las Fuerzas Armadas. Una intervención de la cual Allamand podría sacar réditos insospechados. Hace algunos días, el Presidente Sebastián Piñera decidió cerrar las pugnas en el oficialismo –originadas por la ex intendenta del Biobío, Jacqueline van Rysselberghe- con la siguiente frase: "A otra cosa, mariposa". Para algunos el comentario se inscribe en las famosas "piñericosas", un verdadero anal de chascarros célebres del Mandatario,como cuando durante un discurso mató en vida al poeta Nicanor Parra; o cuando viajó en febrero de este año a Dichato, inaugurando su gira por regiones, y dijo 'vengo en son de paz', como si verdaderamente hubiésemos estado viviendo en los tiempos del viejo Oeste. Lo cierto es que tras esta frase el Presidente claramente no tomó en cuenta ciertas consideraciones básicas. La primera es que según la zoología las mariposas sólo viven un par de días, inclusos las mariposas monarcas consideradas la más longevas de la naturaleza viven solamente un año. La segunda consideración es que la renuncia de Van Rysselberghe no vino a calmar las aguas en la derecha, y el matrimonio político UDI-RN, bastante mal avenido desde los comienzos de su relación, sigue atrincherado cada uno en un rincón de la cama. Tanto así que, este martes 12, Piñera convocó al comité político –que reúne a los ministros de La Moneda y a los jefes de los partidos de RN y la UDI- a una junta de urgencia en Cerro Castillo, donde se espera que el Presidente se imponga y llamé al orden a la Alianza. Y es que el fuego cruzado entre RN y la UDI pasó a una balacera descomunal donde nadie quiere ceder un milímetro de poder. Un día los dardos de la UDI apuntan contra el ministro del Interior, Rodrigo Hinzpeter; y al día siguiente los de RN contra sus aliados políticos de la UDI. Todo esto en un panorama donde la Concertación, con apenas 23%, no es capaz de capitalizar nada. Si alguien tuviera que hacer un diagnóstico médico parece que la política chilena estuviera en fase casi terminal, sin dirección clara desde ninguna tienda política. Incluso hasta los anuncios gubernamentales son fáciles de predecir como sucede con el cambio de los intendentes, cuyo ajuste podría suceder en las próximas horas y donde ni siquiera hay sorpresas, entre las autoridades que se van figura la intendenta de Magallanes, Liliana Kusanovic, quien, según la evaluación de La Moneda, no fue capaz de contener el estallido social en la región producido por el alza del gas. Tal vez las dos novedades que ha generado la política chilena en las últimos meses está dada por dos viejos conocidos: Pablo Longueira y Andrés Allamand. El primero volvió a la política activa tras estrenarse como jefe de la bancada de la UDI. Y el segundo hizo un anuncio sorprendente: no descarta que una mujer se catapulte para dirigir una de las ramas de las Fuerzas Armadas. Vaya anuncio. Que entre la guerrilla UDI y RN pasó sin pena ni gloria. Esta semana, durante un almuerzo con analistas políticos éstos repararon en la figura de Andrés Allamand. El ministro ha trabajado silenciosamente estos meses en limpiar la corrupción en las Fuerzas Armadas, un asunto que esquivaron todos los gobiernos de la Concertación, algunos con mayor justificación que otros, y que hoy tiene una amplia aprobación en la opinión pública. Además antes del discurso del 21 de mayo, Andrés Allamand se comprometió a entregarle al Presidente Piñera la propuesta para el financiamiento de las Fuerzas Armadas. Al parecer, la Travesía en el Desierto y no llegar en primera instancias al gabinete han convertido a Allamand en un tipo más paciente y menos impulsivo; precisamente las cualidades que se necesitan hoy en el Ejecutivo y que no afloran naturalmente de la figura presidencial de Sebastián Piñera. Por otro lado, no hay que subestimar la visión política de Allamand, quien probablemente con los años y las lecciones ha afinado sus tiempos políticos. Y es que el ex líder de RN siempre ha sido un político visionario. Fue él quien comenzó a distanciarse de los militares en la época de Pinochet y a tender puentes con los afectados por los derechos humanos a principios de los 90. Pero la posta no la siguió Allamand porque las sensibilidades políticas no lo permitieron, ni siquiera estábamos ad portas de una comisión Rettig. Fue así como diez años después sus "adversarios" de la UDI tomaron sus ideas y convencieron a Joaquín Lavín, el entonces candidato por la derecha, de que era necesario y urgente acercarse a las organizaciones de derechos humanos y realizar el mea culpa esperado. Era mucho más una operación política que un sentimiento enraizado en la derecha. Vimos de pronto un Lavín alojando en poblaciones o reunido con la agrupación de familiares de detenidos desaparecidos. Pero el verdadero ideólogo había sido Allamand, que por ese entonces estaba en un auto-exilio en Washington. Y a quien nadie le dio ni siquiera un mínimo crédito. Hoy Allamand está tomando el pulso a uno de los nervios neurálgicos de la política chilena: el estamento militar. Y claramente el actual ministro de Defensa no dejará que esta oportunidad se le escape, a pesar de que el hombre es el único animal que tropieza varias veces con la misma piedra. El surrealismo chileno Pero no sólo en materia política hay varios prismas. Esta semana la Iglesia chilena realizó un histórico mea culpa por los abusos sexuales cometidos por diversos sacerdotes y monjas. Una declaración más bien tibia que quiso dar cuenta de que fue una "iluminación" que hubiera llegado de repente a la conciencia de las máximas autoridades eclesiásticas y no como algo premeditado. Y entonces surge la pregunta. ¿Por qué ese doble estándar chileno? Por un lado, el nuevo arzobispo Ezzatti pide perdón por los abusos sexuales, centrados principalmente en la figura de Karadima; pero por otro lado la Iglesia protege a sor Paula, la monja que dirigió los colegios de las Ursulinas en Vitacura y Maipú y le permite partir a Alemania sabiendo que alguna acusación de abuso sexual "compleja recaía sobre sus hombros". Incluso si el Presidente Piñera se refiriera a estos hechos probablemente diría que "quién nada hace, nada teme" sobre la obligación de sor Paula de permanecer en Chile. Pero eso no es todo, el ex canciller de la Universidad Católica, obispo Andrés Arteaga, no sólo debió renunciar a su cargo en esa casa de estudios por el caso Karadima, sino que partirá en los próximos días a Navarra para someterse a un tratamiento experimental contra el parkinson, enfermedad que lo aqueja hace siete años. Esto significa que Arteaga, quien fue un defensor acérrimo de Karadima y que en las últimas semanas se ha visto obligado a desmarcarse del párroco de la Iglesia de El Bosque también permanecerá en el extranjero. Un verdadero episodio surrealista chileno si se piensa que las principales víctimas y querellantes en el caso Karadima han declarado ante la justicia la complicidad del obispo Arteaga en estos hechos de abuso. Incluso hay escenas dantescas, en especial referidas a las declaraciones de José Andrés Murillo donde la víctima cuenta como Arteaga lo denigraba para defender la figura de Karadima, incitándolo a estudiar teatro por estar inventando ciertas cosas en contra de Karadima. Sin duda, la realidad de Chile darían hoy para un guión de Sidney Lumet. El director estadounidense estaba convencido de que las mejores historias para contar eran las del lado oscuro del ser humano. Es así como entre sus películas está Serpicoy 12 hombres en Pugna. Su talento permitió que actores como Al Pacino, Katherine Hepburn, Richard Burton, Paul Newman y hasta Jane Fonda, entre otros, obtuvieran un Oscar. No obstante la estatuilla sólo llegó a las manos de Lumet en 2005 y de manera honorífica. Sidney Lumet murió el sábado 9 de abril aquejado por una leucemia, por lo tanto, otro cineasta deberá hacerse cargo del guión: Chile hoy. Digno de una película de Hollywood. |
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