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  Karadima-Maciel: Las Similitudes Que Unen a Dos Sacerdotes Condenados

The Terra
April 3, 2011

http://www.terra.cl/actualidad/index.cfm?id_cat=302&id_reg=1625083


SANTIAGO.- Un duro golpe a la Iglesia Católica representó en 2006 la condena al mexicano Marcial Maciel, instado por el Vaticano a abandonar el sacerdocio y la vida pública tras ser declarado culpable de abuso sexual a menores. Y cinco años después el catolicismo chileno vive su propio capítulo oscuro con la actual situación del sacerdote Fernando Karadima.

El dictamen leído el 18 de febrero por el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati, dio a conocer que la Congregación para la Doctrina de la Fe había encontrado culpable al ex párroco de la parroquia del Sagrado Corazón de El Bosque por "abuso de ministerio", y lo condenaba a "una vida de oración y penitencia".

Y aunque la situación local dista de lo que ocurrió con el fundador de los Legionarios de Cristo -a quien además se le acusa de haber tenido hasta seis hijos y de ser consumidor de drogas-, hay varias semejanzas que se acentúan a medida que se conocen más antecedentes de lo que pasó al interior de la parroquia Sagrados Corazones de El Bosque.

La periodista Andrea Insunza escribió junto a Javier Ortega el libro "Legionarios de Cristo en Chile. Dios, dinero y poder", y cree que una de las principales similitudes está en que la persistencia de los denunciantes permitió que se conocieran e indagaran los abusos, ante la nula respuesta inicial de las autoridades eclesiásticas.

"Uno podría decir que en el caso de Maciel el papa Juan Pablo II fue el más reactivo a asumir que estos eran testimonios que había que tomar con seriedad, y en el caso de Karadima la figura reactiva es el cardenal (Francisco Javier) Errázuriz", planteó a TERRA.cl la docente de la Universidad Diego Portales.

FIGURAS CARISMÁTICAS

Una característica en común de Maciel y de Karadima era el enorme apego que ambos despertaban entre sus cercanos, y que en el caso del fallecido cura mexicano llevó a Juan Pablo II a declararlo en su momento como un "modelo para la juventud".

En tanto, el párroco chileno fue formador de sacerdotes y estableció una relación muy estrecha con sus feligreses, muchos de los cuales aún no creen en las acusaciones en su contra.

"En ambos casos estamos hablando de personajes que tienen una posición de primus inter pares (primero entre iguales), están rodeados de una situación en donde hay un fuerte culto a la personalidad y generan unas lógicas donde hay mucho secretismo, donde hay otros que observan, son testigos o incluso son víctimas y callan lo que ocurre", señaló Andrea Insunza.

Similar es la visión del sacerdote jesuita Marcelo Guidi, quien dijo a TERRA.cl que "a nivel de personalidades sí hay mucha similitud porque eran punto de referencia religioso de personas y punto de referencia religioso para la misma Iglesia, que los tenía y los proponía como modelos y confiaba en ellos para mucho de su trabajo apostólico".

"Son estas personalidades carismáticas, que se dejan endiosar, y me llama la atención cuando el promotor de justicia dice que muchos de los feligreses que se acompañaban espiritualmente con Karadima y varios de los sacerdotes eran sus súbditos sicológicos, eso es muy fuerte", remarcó el experto en derecho canónico.

LA CONDENA Y LO QUE VIENE

Cuando la Congregación para la Doctrina de la Fe estableció que ambos acusados eran culpables, la sentencia fue muy similar: Maciel fue invitado a retirarse a "una vida reservada de oración y penitencia y a no cumplir con su ministerio público", al igual que Karadima.

Para Andrea Insunza, el actuar de la Iglesia es valorable si se compara con las omisiones que se cometieron en el pasado, pero aún es necesario llegar más allá en las indagaciones y condenas.

"La investigación no llega a establecer responsabilidades de quienes han encubierto estos hechos, ni en el caso de Maciel con los Legionarios ni en el caso de Karadima con quienes lo acompañaron en la parroquia. En ambos casos la Iglesia ha pedido de una u otra manera perdón a las víctimas, y el papa Benedicto lo ha hecho, pero la Iglesia se detiene claramente al sancionar al abusador y no llega a los encubridores", expresó.

En ambos casos las denuncias de abusos sexuales se arrastraron durante años, y el último testimonio contra Karadima -dado a conocer el lunes por Francisco Gómez- plantea que en 1984 le comunicó los hechos al entonces cardenal Juan Francisco Fresno, y que éste no le prestó atención.

Aunque la historia de Marcial Maciel sigue llena de dudas y oscuridades, lo que pasa en nuestro país debe aclararse por el bien de la Iglesia, según enfatizó el jesuita Marcelo Guidi.

"Las confianzas con el tiempo se van a ir recuperando, pero siempre que uno vea que la autoridad eclesiástica competente, todo el resto del clero y los laicos comencemos a mirarnos nuevamente con confianza, y dando muestras con hechos concretos y puntuales de que esto no se va a repetir. Ojalá aprendamos de lo que se nos dice que no tenemos que seguir haciendo", indicó.

El cura mexicano pasó sus últimos días en la localidad azteca de Cotija de La Paz y murió en Estados Unidos el 30 de enero de 2008, no sin antes ser acusado de burlar los requerimientos de la Santa Sede y vivir junto a su pareja y la hija de ambos.

En tanto, el sacerdote chileno se encuentra en el Convento de las Siervas de Jesús de la Caridad, en Providencia, donde debe cumplir con lo que planteó el Vaticano: evitar el contacto con sus ex feligreses, con integrantes de la Unión Sacerdotal o con cualquiera que se dirigiera a él para solicitar dirección espiritual.

 
 

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