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	'La Divina Orden Del Pétalo' By Diego Martínez Lloreda El Pais August 25, 2007 http://www.elpais.com.co/historico/ago252007/OPN/opi04.html Al grupo de sacerdotes homosexuales que oficia en Cali se le conoce, entre la propia curia local, como 'la divina orden del pétalo'. Y, al parecer, esa orden no constituye un caso tan aislado. Lo cual de por sí no es un pecado. A nadie se le puede condenar por sus inclinaciones sexuales. Lo que es grave es que algunos sacerdotes usen su condición de religiosos y, más aún, las limosnas que entregan los fieles, para pagar favores sexuales de menores de edad de escasos recursos, que venden su cuerpo para poder sobrevivir. Pero todavía más grave que eso ocurra es la actitud pasiva de las jerarquías de la Iglesia local frente a este fenómeno, destapado por las denuncias del ex presidente del Tribunal Eclesiástico, Germán Robledo. La desconcertante intervención de monseñor Juan Francisco Sarasti en este episodio, dejo la impresión de que al arzobispo caleño le preocupa más que salgan a la luz pública los actos inmorales de algunas ovejas negras del clero local, que la existencia de esos actos. Si era tenaz que monseñor Sarasti callara, más tenaz ha sido lo que dijo en el comunicado de prensa que leyó el miércoles. En lugar de condenar de una forma tajante las posibles actuaciones de quienes se valen de una sotana para cometer las peores aberraciones, Sarasti se limitó a decir que pondrá las acusaciones lanzadas por el cura Robledo en conocimiento del Tribunal Eclesiástico. Y se fue lanza en ristre contra el columnista que puso en conocimiento estos hechos. En mi condición de católico practicante, esperaba una reacción enérgica de nuestro máximo pastor frente a estas denuncias, que incluyera sanciones ejemplarizantes para los clérigos que se han desviado de su misión evangélica y que dejara muy en claro que la Iglesia no tolera esos comportamientos. Y ese comunicado anodino lo que hizo fue crear más desconcierto y confusión. Ahora, creo que la culpa de semejante descachada más que de este buen hombre es de quienes lo mantienen al frente de una Arquidiócesis tan complicada como la de Cali, a una edad en la que él no está para esos trotes. Otra cosa que resulta inexplicable es que las jerarquías eclesiásticas designaran párroco del principal templo de la ciudad, la Catedral de Cali, al padre Fred Potes, a pesar de que conocían muy bien las quejas de la comunidad por el comportamiento de este sacerdote cuando era responsable de la parroquia de Santa Cruz. Es elemental que a nadie que tenga la mínima sospecha de cualquier comportamiento irregular se le puede entregar la responsabilidad de manejar la madre de las iglesias de Cali. Entonces, no se entiende cómo llegó allí Fred Potes, a pesar de los antecedentes que tenía. Y las consecuencias están a la vista, porque una cosa es que los hechos bochornosos denunciados por Robledo ocurrieran en cualquier iglesia de la ciudad y otra cosa es que se hayan presentado en la Catedral. Que a cualquier cura se le acuse de pederastia es gravísimo. Pero si ese cura es el párroco de la Catedral de la tercera ciudad del país, el escándalo es de padre y señor mío. Muy triste que el nombre de la Iglesia aparezca asociado a hechos tan lamentables como los conocidos en los últimos días. Pero es más triste aún que nuestros pastores sigan pensando que lo grave son las filtraciones de información y no los actos innombrables cometidos por los miembros de la 'divina orden del pétalo'.
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