Sacerdote colombiano admitió responsabilidad y fue condenado por violación de intimidad de las personas
Su conducta fue gatillada a raíz de un cuadro de profunda depresión y alcoholismo, debido al aislamiento de estar viviendo en la austral ciudad.
La Prensa Austral
21 de junio del 2013
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Acompañado de un celoso séquito de amigos cerca de las 10,20 horas de ayer llegó al Centro de Justicia, en Punta Arenas, el sacerdote de nacionalidad colombiana Luis Melchor Juragaro Manaideke, para comparecer a una audiencia de preparación de juicio oral en su contra por el delito reiterado de violación de la intimidad de las personas. Sin embargo, y dada las alternativas que ofrece la reforma procesal penal, la suerte judicial del presbítero se zanjó a través de un procedimiento simplificado durante la misma jornada.
Durante toda la audiencia el imputado se mantuvo en el más absoluto silencio y escuchó atentamente junto a su abogado defensor (Ramón Bórquez) los antecedentes que exponía el fiscal acusador Fernando Dobson. En dicha narración el representante del Ministerio Público explicó detalles de cómo se configuró el delito mientras estaba destinado como párroco en Puerto Williams.
Juragaro Manaideke instaló personalmente una cámara de video en el baño de damas de la capilla naval de Puerto Williams en agosto de 2011, con la cual transmitía imágenes a una computadora que tenía en su habitación, las que a su vez fotografiaba y grababa como video con su cámara fotográfica personal.
Lo anterior, de acuerdo con la declaración que el imputado entregó a la Fiscalía, la que se leyó ayer en audiencia. Esto lo habría hecho sumido en una profunda depresión y alcoholismo, debido a un fuerte sentimiento de aislamiento que lo invadía, ya que originalmente se había ofrecido al servicio católico durante dos años en Williams, llegando a cumplir más de tres en la lejana zona.
Crucial error
Las imágenes que captaba el acusado con su cámara permanecían en el más absoluto desconocimiento de la pequeña comunidad de Puerto Williams. Su actuar no habría sido nunca descubierto de no mediar un garrafal error cometido por el sacerdote, luego de tomar, con la misma cámara fotográfica, una serie de imágenes que mostraba el daño que había sufrido la capilla a manos de vándalos.
Al no tener la suficiente experiencia, Luis Melchor Juragaro pidió ayuda a un tercero para poder sacar archivos de la memoria digital para enviarlas por correo electrónico, instante en que el denunciante se encontró con tomas que mostraba partes del cuerpo de a lo menos cinco mujeres, mientras utilizaban el baño de la iglesia, siendo tres de ellas menores de edad.
Colaboración del sacerdote
En tanto, el abogado defensor Ramón Bórquez, hizo especial hincapié en la colaboración que desde un principio ha prestado su representado para esclarecer los hechos, a fin de que el juez de Garantía considerara todas las atenuantes necesarias para rebajar la pena de 540 días de prisión que está solicitando el Ministerio Público.
Añadió que él se encuentra profundamente afectado, y que nunca fue su intención causar menoscabo a los feligreses, sino que simplemente soslayar la soledad y depresión en la que estaba sumido.
Por lo anterior, el defensor está pidiendo que se rebajen al mínimo las sanciones, tanto la pena de prisión como la multa que está pidiendo la Fiscalía.
Finalmente, y siguiendo con lo que había sido su sepulcral silencio, el sacerdote se retiró sin manifestar palabra alguna, pese a que el juez (s) Pablo Ramos le ofreció abandonar su derecho de guardar silencio, opción que no acogió. Ante ello el abogado defensor lo atribuyó al hecho de la presencia de los medios de comunicación.
Tras la deliberación de rigor, el juez (s) Pablo Ramos condenó al acusado como autor del ilícito de violación reiterada a la intimidad, cuya sentencia se conocerá el próximo martes 25 de junio en el Juzgado de Garantía.
Actualmente Luis Melchor Juragaro está radicado en Arica y no se encuentra cumpliendo funciones eclesiásticas en dicha ciudad.
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