Formalizan a un párroco de Limache acusado de abusos sexuales
Obispado de Valparaíso resolvió "como medida prudencial" separar al sacerdote de toda autoridad y responsabilidad pastoral.
Por Hernán Cisternas
El Mercurio
26 de marzo de 2010
http://www.emol.com/noticias/nacional/detalle/detallenoticias.asp?idnoticia=405462
LIMACHE.- Por los delitos de obtención de servicios sexuales de menores y favorecimiento a la prostitución, fue formalizado el párroco Juan Henríquez Zapata, de 64 años, encargado de la iglesia Nuestra Señora de Lourdes, quien estaba siendo investigado por el Ministerio Público.
Los adolescentes S.D.A.S y P.A.V.N, de 15 y 17 años, acusaron al sacerdote de haberles efectuado tocaciones y de haber tenido con ellos actos de connotación sexual en abril del 2008, a cambio de lo cual les dio 25 mil pesos.
El religioso sostuvo en el tribunal que conocía a los jóvenes, que éstos realizaban labores remuneradas de limpieza en el patio de la parroquia y que ambos resolvieron extorsionarlo cuando se les suspendió la ayuda económica.
El juez de garantía de Limache fijó un plazo de seis meses para concluir la investigación, dictó orden de arraigo contra el religioso, dispuso firma mensual del imputado y prohibición de acercarse a las víctimas.
La madre de uno de los jóvenes, Sonia Sobarzo, que había dado respaldo a las acusaciones, sorprendió a la salida del tribunal al señalar que los cargos contra el sacerdote serían un invento de los adolescentes.
Por su parte, el Obispado de Valparaíso resolvió "como medida prudencial" separar al párroco de toda autoridad y responsabilidad pastoral, nombrando como administrador de la Parroquia Nuestra Señora de Lourdes al presbítero Mario Lisperguer Santibáñez, titular de la Parroquia de las 40 Horas.
A través de una declaración pública, el obispado manifestó su profundo dolor" por las graves acusaciones presentadas ante la justicia en contra del sacerdote y manifestó "su confianza en el sistema judicial y su disposición a colaborar en todo lo que fuere requerido a fin de establecer la verdad de los hechos y hacer justicia".
Haciendo referencia a expresiones de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI, el obispado señaló que "no hay lugar en el sacerdocio y en la vida religioso para quienes dañan a los jóvenes" y expresó su cercanía con la comunidad parroquial y los menores presuntamente ofendidos.
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