Cura Low negó tajantemente abusos y víctima lo culpó de su homosexualida
El Pinguino.com
22 de Febrero de 2018
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Una extensa y agotadora jornada de diez horas sumó el primer día del juicio oral en contra del sacerdote Jaime Low Cabezas, acusado por el fiscal jefe Juan Agustín Meléndez y el abogado querellante Marcelo Figueroa de cuatro delitos: dos abusos sexuales y dos estupros. El primero pide una condena de ocho años de cárcel, mientras que el segundo 13 años.
Pero el sacerdote sumó un abogado más a su defensa personal. No solamente está siendo representado legalmente por el jefe de Estudios de la Defensoría Penal, Jonathan Ramírez, sino que también por el destacado abogado litigador del mismo organismo Juan Ignacio Lafontaine.
Por la cantidad de testigos y peritos citados a declarar, y la lentitud con que se desarrolló la primera jornada, es muy factible que el juicio concluya este viernes no descartándose, incluso, que el veredicto sea dado a conocer el sábado. Aunque finalmente todo dependerá de cómo vayan rindiendo las pruebas los intervinientes que, en total, suman 37 testigos y 18 peritos.
Ayer, a las 8,30 horas, comenzó uno de los juicios más esperados y concurridos, por lo que el tribunal arbitró las medidas de resguardo y comodidad para todos los asistentes, incluida la colocación de más sillas.
El proceso se inició con los “alegatos de apertura”, donde cada uno de los abogados tiene un tiempo determinado (diez y quince minutos), para exponer su postura respecto a los hechos de la acusación.
En esta etapa Meléndez aseguró que podrá probar los cuatro hechos que le imputa al sacerdote, a quien acusó de aprovecharse de la ignorancia del menor (de entonces 15 años) para agredirlo sexualmente, mientras ejercía como guía espiritual de muchos otros niños. “Montó una verdadera maquinación para presentar algo falso como verdadero”, indicó el fiscal, “pero estoy seguro que a través de la prueba pericial demostraremos que Low mintió”.
El querellante manifestó al tribunal que “el joven está terriblemente afectado por ser un cura el que lo encausó en su primera relación sexual”. Lo que calificó como “un pecado y un delito”.
Mientras que la contraparte, representada por los defensores Lafontaine y Ramírez, acusó al Ministerio Público de “falta de rigurosidad y objetividad en la búsqueda de la verdad”, criticando que no llamara a declarar al juicio a personas claves.
Low rompió el silencio
Después de casi un año privado de libertad, y sin hablar en ninguna de las etapas previas al juicio, el cura Jaime Low sorprendió ayer con la decisión de romper su silencio y acogerse al derecho a prestar declaración en estrado.
Vistiendo una camisa a cuadros, de color claro y un pullover verde, sin mangas, Low subió a estrados y fue exhortado por el juez presidente de sala, Luis Álvarez, a decir la verdad en todo.
Tranquilo y muy seguro de cada una de sus respuestas, incluso avasallando en algunos pasajes a sus interrogadores, negó enfáticamente toda participación en cada uno de los cuatro hechos de la acusación fiscal.
Desmintió haber besado al menor, entre octubre, noviembre y primeros días de diciembre del año 2007, cuando participaba de las actividades de la Pastoral Juvenil Magallanes en dependencias del Obispado. También negó haber llevado al menor, en enero de 2008, al obispado para sacarle la ropa y tocarle todas las partes de su cuerpo y masturbarlo.
Igualmente rechazó los otros dos delitos, como son el estupro.
Low tuvo respuesta para cada una de las preguntas que le formularon las partes, defendiendo su total inocencia. Incluso, en más de una pregunta pidió que lo dejaran fundamentar bien la respuesta.
Admitió que en ciertas ocasiones utilizaba un lenguaje impropio, con garabatos, pero lo asemejó a la idea de ser un cura cercano a los jóvenes. Y cuando le consultaron por los “chats” y mensajes que intercambiaba con el menor víctima de los supuestos abusos, diciéndole entre otras cosas que lo amaba, lo atribuyó al lenguaje propio de la Iglesia, donde todos se aman porque hay un cariño de por medio.
“¡Nunca jamás!”, fue la respuesta categórica de Low cuando el defensor le consultó si había abusado o penetrado al menor. Igualmente negó haberlo llevado a la casa del obispo, donde habría consumado dos de los delitos que le imputa la fiscalía.
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