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Los casos de abusos sexuales en el Instituto Próvolo de Luján de Cuyo han conmocionado a la sociedad mendocina. Al menos una decena de niños denunciaron ser víctima de abuso de religiosos que trabajaban en lugar. Pese a lo impactante del hecho, la Iglesia de Mendoza tuvo una respuesta sorprendente queriéndose despegar de lo sucedido.
El abogado especialista en Derecho Canónico y asesor de la Red de Sobrevivientes de Abuso Sexual Eclesiástico, Carlos Lombardi, apuntó directamente contra la cúpula de la Iglesia en la provincia y afirmó que José María Arancibia, arzobispo de Mendoza entre 1996 y 2012, y su sucesor, Carlos María Franzini, sabían que el sacerdote Nicola Corradi tenía una denuncia por abuso en Italia y que no podían desconocer lo que sucedía en el Instituto Próvolo.
Lombardi participó de programa "Punto en Común", que conduce Marcelo Torrez y que se emite por TV Andina, y también denunció el sistema de encubrimientos de abusos sexuales que tiene la Iglesia Católica a nivel mundial.
"Sin perjuicio de lo que el papa Francisco declara en los medios y funcionarios como (Marcelo) De Benedectis -vocero del Arzobispado- pretenden hacer creer, el sistema jurídico que impera en la institución no ha cambiado. Todo el sistema de normas al cual están sometidos los denunciantes de abuso internamente es absolutamente arbitrario y contrario a los derechos humanos", explicó el letrado e hizo hincapié en que internamente una víctima de abuso sólo puede presentar la denuncia y no tiene conocimiento luego del proceso que se inicia.
En tanto, Lombardi se refirió a la situación de Nicola Carradi, quien había sido trasladado de Italia a Argentina por una denuncia de abuso sexual. "Se escapa de Italia porque había sido denunciado por abuso y se viene acá a Mendoza. Primero pasó por La Plata y una integrante de la red denunció un abuso en La Plata y nos enteramos que este tipo está acá en Mendoza", indicó y agregó que abogados italianos les habían pedidos informes ya que le seguían la pista, pero no les constaba lo sucedido en el instituto de Luján de Cuyo.
"Corradi llegó a fines de los años 90 y comienzos del 2000. Venía huyendo de las denuncias. ¿Cómo puede ser que el señor De Benedectis salga a decir que están muy consternados e indignados? Cuando llega un sacerdote a Mendoza ese sacerdote no puede estar acéfalo, el derecho canónico dice que está prohibido que haya sacerdotes sin una autoridad superior. Por lo tanto Corradi debió haber presentado el permiso de Italia y el decreto de incardinación, es decir que las autoridades de Mendoza lo incardinaran, lo establecieran acá. O sea que Arancibia o Franzini, saben", disparó el abogado.
Ramarcó que "sí tienen que ver" en lo sucedido en el Próvolo ya que "tienen que conocer a todos los sacerdotes, diocesanos o religiosos que están en la diócesis de ellos". "Además, el obispo tiene la obligación una vez al año de visitar la diócesis, tiene que visitar hospitales católicos, institutos católicos, colegios católicos, parroquias. También, el canon 806 del código de derecho canónico establece el derecho y el deber del obispo de vigilar los institutos educativos católicos. Entonces, señor Arancibia, señor Franzini, digan cuántas veces visitaron el Instituto Próvolo porque es su obligación", sostuvo.
Por otra parte, Lombardi también apuntó duramente contra el Vaticano y el papa Francisco. "El Vaticano continúa con su monumental campaña de propaganda, blanqueando el sepulcro, lavando la mala imagen que tiene, diciendo una cosa y haciendo otra. Bergoglio dice una cosa y hace otra", manifestó y añadió: "Bergoglio tiene una tremenda demagogia. Dice lo que la gente quiere escuchar y hace algo totalmente distinto".
En cuanto al curso de las denuncias de estos casos, señaló que en el fuero civil la experiencia ha sido positiva ya que se ha ganado un juicio contra el Arzobispado de Mendoza, pero resaltó que en materia penal depende de que las víctimas denuncien.
"El tema es que entre la víctima y el abusador hay un una subordinación, hay un vínculo psicológico de poder, de subordinación, que es muy difícil que la víctima lo rompa y cuando rompen y se animan a ir a la Justicia, muchas veces los delitos están prescriptos o tienen poca prueba y se archivan. Por supuesto que la Iglesia especula con la prescripción", dijo el letrado.
Asimismo, expresó que "hay todo un sistema de impunidad, es un sistema de violencia institucional y de abuso de poder".
En cuanto a los motivos por los cuales la Iglesia Católica ha tolerado los abusos, indicó que en primer lugar "es una institución transpersonal, lo primero que se protege es la imagen". " En segundo lugar al sacerdote no se lo considera un delincuente, se lo considera un débil, un pecador. Hay una cuestión moral, no una cuestión delictiva. Y la tercera razón es por una cuestión económica, en EEUU hay cientos de diócesis que han quebrado por pagar indemnizaciones millonarias", afirmó.