El padre Rubén Pardo abusó sexualmente de Gabriel Ferrini de 15 años, el 15 de agosto de 2002, en la residencia del sacerdote en la Casa de Formación de la Iglesia Católica de Berazategui. A los dos días del hecho, Beatriz Varela, la madre del joven, se reunió con el obispo de la diócesis de Quilmes, Luis Stöckler. Varela, católica creyente y docente en una escuela del Obispado de Quilmes, le pidió al obispo Stöckler que denunciara a Pardo ante las autoridaded civiles y que lo expulsara del ministerio sacerdotal.
La madre declaró en la causa que mantuvo una segunda reunión con el obispo Stöckler, durante la cual él le dijo que se había presentado ante Pardo el 19 de agosto de 2002, y que éste reconoció la existencia del hecho. El obispo le dijo a Varela que Pardo estaba arrepentido y que el asunto lo abordarían de acuerdo al Código del Derecho Canónico. Según dijo Varela, Stöckler le aconsejó que fuera más misericordiosa, ya que los que eligen el celibato “tienen momentos de debilidad”. El obispo le amonestó a Pardo, exhortándole a irse de la diócesis de Quilmes, y, durante un mes, de abstenerse de celebrar la Eucrastía y de confesar. En una “carta abierta” de 2004, el obispo dijo que también a Pardo le había denunciado de inmediato a la Santa Sede, la cual mandó iniciar un juicio en el Tribunal Eclesiástico de Buenos Aires. El obispo nunca le prohibió a Pardo el contacto con menores, y en ningún momento lo denunció a las autoridades civiles.
Stöckler les pagó la terapia psicológica durante cuatro meses a la Sra. Valera y a su hijo. En su testimonio, ella dijo que el obispo cesó los pagos cuando se enteró de que ella había consultado a un abogado. Esto lo negó el obispo, al decir que fue ella la que decidió dejar de aceptar los pagos.
A finales de 2002, Varela se enteró de que Pardo era portador del virus del VIH. Poco después quiso denunciar a Pardo al Tribunal Eclesiástico Interdiocesano, ubicado en Buenos Aires, al lado de la sede del Arzobispado de Buenos Aires. De acuerdo a Varela, al llegar allí afirmó que le antendió en la sala de espera el monseñor Jorge Rodé, vicario de justicia y presidente de dicho tribunal. Él insistió en que ella denunciara el hecho al Obispado de Quilmes, y llamó a la seguridad para que la retiraran por la fuerza. Un religioso que se encontraba en la sala de espera ofreció acompañarla al edificio contiguo, la Curia Metropolitana, donde quedaba la oficina del cardenal Bergoglio. Una vez allí Varela solicitó una entrevista con él, pero como no quiso decirle a la recepcionista el motivo específico por el que necesitaba hablar con Bergoglio, la recepcionista rehusó incluso entregarle su mensaje escrito al cardenal y la retiraron del lugar por la fuerza.
La Sra. Varela presentó una denuncia penal el 7 de febrero de 2003. A las tres semanas de la denuncia (27/2/2003), el fiscal Pablo Pérez Marcote le pidió al Obispado que “en forma urgente” le informara del paradero de Pardo. El Obispado contestó con evasivas, diciendo que Pardo residía fuera del territorio de la diócesis y que no tenía asignado destino pastoral. En septiembre de 2003, se supo que Pardo estaba viviendo en el barrio de Flores, en la ciudad de Buenos Aires. Según un artículo de Página/12, vivía en Condarco 581, que pertenecía a la Vicaría del Arzobispado de Buenos Aires a la vez que era un hogar para sacerdotes porteños jubilados y enfermizos. En aquel tiempo Bergoglio era el encargado del Arzobispado de Buenos Aires. Según consta, Pardo confesaba y celebraba misa en las escuelas primarias y secundarias de Flores.
En 2003, la víctima y su madre presentaron una demanda contra el Obispado de Quilmes por encubrir a Pardo. En mayo de 2004, un mes después de que los detalles de la causa fueron revelados en televisión nacional, el Tribunal Eclesiástico Interdiocesano de Buenos Aires citó a la Sra. Varela y a Gabriel Ferrini. Según dijo Varela, fue sometida a un interrogatorio por cuatro religiosos que le hicieron preguntas “lascivias” que nada tenían que ver con el delito cometido por Pardo. Bergoglio, quien era el moderador del Tribunal, no estuvo presente durante el interrogatorio.
El 10 de junio de 2005, Pardo murió de SIDA, poniéndole fin al proceso criminal en su contra. En octubre de 2012, el Juzgado de Quilmes condenó al Obispado por “los daños producidos por uno de sus dependientes (Pardo)”, y lo obligó a indemnizar a Gabriel Ferrini y a Beatriz Varela. El Obispado apeló alegando que: 1) Pardo no era empleado del Obispado, sino de una parroquia autónoma; y que 2) Varela era en parte responsable porque había permitido que su hijo pasara la noche en la residencia del sacerdote. En abril de 2013, la Cámara de Apelaciones en lo Civil de Quilmes rechazó todos los puntos de la apelación y confirmó el fallo del Juzgado. La Justicia ordenó al Obispado resarcir a la víctima y a su madre un costo de 155.000 pesos por daños, más los intereses por 10 años. Este es el primer fallo civil en contra de una diócesis argentina por su responsabilidad de las acciones de un depredador sexual.
|
• Criminal Complaint against Pardo [image of original document], filed by Beatriz Varela, 2.7.2003
• Cuando el abuso sexual cuenta con protección, por Mariana Carbajal, Página/12, 4.19.2004
• Communicado de Prensa del Obispado de Quilmes, 4.19.2004
• La Iglesia sólo amonesta, por Mariana Carbajal, Página/12, 4.19.2004
• La palabra de monseñor, Página/12, 4.19.2004 [Translation]
• Carta Abierta del Obispo de Quilmes por el escándalo sexual, Diocese of Quilmes, 4.25.2004
• Court Document: Ruling by Civil and Commercial Court N2, Quilmes, by Judge Hernán Señaris, 10.3.2012
• El hogar que ya no espera al padre Jorge, por Magena Valentié, La Gaceta, 03.16.2013
• La sentencia, por Mariana Carbajal, Página/12, 3.17.2013
• “Nunca tuve respuesta”, por Mariana Carbajal, Página/12, 3.17.2013
• Responsabilidad civil y divina, por Mariana Carbajal, Página/12, 3.17.2013
• Court Document: Ruling by Appeals Court of Quilmes, 4.9.2013
• El Obispado de Quilmes deberá pagar una indemnización por un cura pedófilo, La Nación, 4.29.2013
• “Este fallo me da mucha tranquilidad y consuelo”, por Mariana Carbajal, Página/12, 4.29.2013
• La Iglesia deberá indemnizar a un joven violado por un cura, por Milva Benítez, Infojus Noticias, 4.29.2013
• Las obligaciones de los obispos, por Mariana Carbajal, Página/12, 4.29.2013
• Lo indemnizan porque lo violó un sacerdote, Clarin, 4.30.2013
• “El Papa encubrió al cura que abusó de mi hijo", por Ana Delicado, Buenos Aires Correspondent, Público, 5.03.2013
• Responsabilidad de la Iglesia Católica por abusos sexuales sacerdotales, por Graciela Medina, Revista de Derecho de Familia y Sucesiones, 10.28.2013
• Gabriel Ferrini's Blog
|